Concentración en contra del referéndum catalán frente al Ayuntamiento de León  celebrada en León en 2017

Concentración en contra del referéndum catalán frente al Ayuntamiento de León celebrada en León en 2017 Campillo ICAL

Educación y Universidad

“Cataluña sería un paraíso sin la peste nacionalista”: la "radicalización" que obligó a un profesor a volver a León

Docente en un colegio público durante más de 20 años, como la situación se estaba poniendo “muy mal”, volvió a trabajar a El Bierzo hasta su jubilación

6 noviembre, 2022 07:00

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“La Cataluña que yo conocí a comienzos de los años 80 era sinónimo de libertad, de modernidad y oportunidades, la que dejé 20 años después era una sociedad zombi”. Así resume este profesor leonés, que prefiere no dar su nombre (“las cosas ya sabes cómo están”, nos dice durante la entrevista), su estancia durante más de dos décadas en tierras catalanas ejerciendo la docencia.

Él, como muchos otros, decidió abandonar esta Comunidad y volverse a un colegio de la provincia leonesa, además del hastío, una de las causas es que le hicieron una inspección por dar clases en castellano. Como la cosa se estaba poniendo muy mal con el nacionalismo "obligatorio", se volvió a trabajar y a vivir a tierras bercianas, y aquí se jubiló. Recuerda que en su caso la denuncia fue por parte de una madre cuyo hijo era hispanoparlante.

Este maestro no tiene dudas de que la única forma de solucionar este problema generado con el idioma es hacerlo con “una implosión dentro” y recuerda que son “cuatro familias pudientes que controlan los medios de comunicación los que están intoxicando al resto de la sociedad”.

Viajó en los años 80 “con toda la ilusión” para dar clases en un colegio público tras sacar su plaza. Es cierto que vio “maneras” en esos años, pero no era el movimiento en el que se ha convertido ahora donde “los más radicales son los que no tienen los famosos ocho apellidos catalanes”. Este leonés lo resume con un “muy bien la Cataluña que encontré, muy mal la que dejé en todos los efectos”.

Por su forma de ser, afirma que nunca llegó a tener ningún problema ni ninguna imposición. “A nadie se le ocurrió decirme nada, quizás por mi carácter, pero la inspección que me hicieron demuestra que no les gustaba ciertas cosas de mí. Está claro que si es hoy me fulminan directamente”, asegura. Al profesor le da “mucha pena” la situación que está viviendo muchos de sus compañeros con la imposición lingüística que se está imponiendo en los centros escolares y universitarios.

"La gente está cansada"

Sin embargo, reconoce que la gente está “cansada” porque “la radicalización ha ido creciendo” y ven que son solo unos pocos los que se están aprovechando de esta situación. “Esto es un negocio y muchos viven de esto, por eso no quieren”, apunta, al mismo tiempo que lamenta que partidos de izquierda y sindicatos no defiendan la sentencia del TSJC que impone un 25 % de castellano en las aulas.

La ley sobre el uso de las lenguas en las escuelas que fija el catalán como lengua vehicular cree que es un problema que procede de los gobiernos centrales “de todos los colores” que lo han dejado “de la mano de Dios. “No entiendo cómo la izquierda se ha convertido en el salvavidas de los nacionalistas, un grupo de clasistas”, aunque lo que más le chirría es que estos políticos “te ordenan llevar a tus hijos a centros exclusivos en catalán, pero luego ellos los llevan en sentido contrario, a sitios donde hay castellano, alemán, inglés…”. Además, critica que los “extremos bárbaros” a los que se ha llegado. “En mí época algunos chavales ya tenían dificultades para entender el castellano, así que imagínate ahora”.

Para terminar, el maestro lo tiene claro: “Si no fuera por la peste nacionalista, Cataluña sería un paraíso” y cree que todo esto cambiará el día que “el voto de un catalán valga igual que de un leonés”.