A Irene Escolar siempre le ha perseguido una imagen de actriz intensa y exigente debido a que en su currículum siempre han sobresalido más sus trabajos en obras de teatro de Lorca o Chéjov que en cine o televisión. Una etiqueta de la que siempre ha sido completamente consciente y que quiere empezar a derribar. 

“Mi vida se ha vertebrado mucho en relación a la exigencia y creo que este es un buen momento para mí en el que empiezo a relajarme y a dejar de ser tan exigente conmigo misma. Es el proceso en el que estoy ahora y en el que hay que aprender a relativizar esas cosas mucho. Siempre trabajar, pero que la exigencia no te devore”, se sincera la actriz con BLUPER durante la promoción de Dime quién soy, la adaptación de la obra homónima de Movistar que se estrena el próximo 4 de diciembre.

Me gustaría poder entrar en un periodo de calma en el que el trabajo fuera importante, pero no lo fuera todo

Pero, ¿qué le ha hecho dar ese paso? “Tener la suerte de experimentar cosas, de tener muchas oportunidades de trabajo que te llevan a tener un espacio, un lugar, a sentir que has conseguido algo, tus metas... Y es ahí cuando llega la posibilidad de reflexionar si todo ese proceso hubiera podido ser más relajado y más calmado. Me gustaría poder entrar en un periodo de calma en el que el trabajo fuera importante, pero no lo fuera todo”, añade.

Y los pasos que va dando así lo demuestran. De hecho en la tercera temporada de Paquita Salas, la nieta de Irene Gutiérrez Caba no tuvo inconveniente en reírse de esa intensidad y exigencia al interpretar a una actriz que se tomaba su trabajo demasiado en serio.

“Quise reírme de ese cliché o etiqueta de la actriz de teatro que hace Lorca y Chèjov. Todas las oportunidades que me llegan como Mammon, en el que podía hacer todo tipo de locuras, o Paquita Salas, en la que Los Javis me dieron la oportunidad de enseñar que todo eso es gracioso y que es muy divertido reírse de uno mismo, las hago. No hay nada mejor que el sentido del humor. Y en realidad yo soy muy payasa”, explica.

“Yo intento salir de esa etiqueta, pero aquí en España se clasifica mucho a los actores, al contrario de lo que sucede en Europa donde los actores hacen teatro, cine, televisión... Pero sí que me gustaría que esa etiqueta se difumine y que hacer Lorca, intentar acercarlo a la gente joven y modernizarlo no conlleve esa imagen”, añade.

El caramelo de Amelia

A ese cameo se añade ahora su primer gran papel en una serie de televisión, dando vida a Amelia Garayoa, siete años desde que diera vida de forma magistral a Juana la Loca en la imprescindible Isabel.  “Es verdad que llevaba tiempo sin hacer televisión y que había dedicado mucho tiempo al teatro y al cine. Pero a mí rodar me encanta. Sí que es cierto que durante una temporada me fueron llegando oportunidades en el teatro en el que podía encontrarme con artistas más inteligentes que yo, aprender, formarme bien. Y la vida ahora me ha regalado este personaje cuando estoy preparada para sostenerlo todo sobre mis hombros. Seguramente la vida es sabia y las cosas te llegan cuando te tienen que llegar”. 

La vida me ha regalado ahora este personaje cuando estoy preparada para sostenerlo todo sobre mis hombros

“Amelia es un caramelo por el recorrido que tiene, por contar la vida a lo largo de 50 años sin parar de vivir aventuras... Todo es profundamente rico y me permitía actuar en distintas épocas. Y luego que Dime quién soy es una serie con unos estándares de calidad muy grande, con Eduard Cortés en la dirección, con actores de diferentes países, en la que se habla varios idiomas... Todo era muy enriquecedor”, comenta.

De ahí que sólo tenga buenas palabras sobre su experiencia. “Fue exigente a la par de apasionante. Me sentí muy agradecida cuando me llegó esta oportunidad. Los equipos humanos han funcionado muy bien. Hicimos una piña con ganas de contar bien esta historia y trasladar bien el alma de Amelia. Fueron tres meses de preparación, conociéndonos, cambiando, improvisando, revisando los guiones, ver qué episodios eran los importantes, cómo trasladar 100 páginas del libro a mi mirada, que es lo más difícil de hacer porque es un personaje que se expresa poco y la mayor parte tienes que entenderlo por lo que ves en su mirada”, explica.

¿Y qué le depara el futuro? “Acabamos de estrenar Escenario 0, que sigue ahí porque sigo recibiendo mensajes de la gente y estoy preparando una nueva función con los autores de Mammon, Nao Albet y Marcel Borràs, que también va a ser una locura y en la que hago de rusa. Va a ser otra posibilidad de romper ciertos moldes míos”.

En cuanto a su faceta de productora, Escolar confiesa que es una labor a la que le tiene mucho respeto porque “es una labor profundamente compleja. Y lo digo a conciencia porque mi padre es productor de verdad. En el caso de Escenario 0 digamos que yo he sido más productora ejecutiva. Quiero seguir teniendo proyectos y hacerlos posible. Pero, igual que yo estoy preparada para ser actriz, creo que la producción real es para la gente que está preparada. Pero todo lo que sea creatividad, estaré ahí”.