¿Quién nos iba a decir que 20 años después del arranque de Gran Hermano la sociedad española viviría confinada por una pandemia? Ni el mejor guion de cine o de serie hubiera acertado con una circunstancia tan surrealista como verídica. Todo nuestro mundo se ha dado la vuelta y desde hace más de un mes vivimos encerrados en nuestros hogares hiperconectados a una realidad que nos parece ajena.

El eslogan del primer GH, "Bienvenidos a la vida en directo", es una realidad palpable

Hoy, más que nunca, y gracias a las redes sociales, el eslogan del primer GH, "Bienvenidos a la vida en directo", es una realidad palpable. Instagram, Twitter, Facebook y Tik Tok son los canales que retransmiten el día a día de millones de personas, más de un tercio de la población del mundo, confinados en sus casas.

Aquel experimento sociológico creado por John de Mol en 1999, a raíz del ensayo Biosfera 2 y del programa de la MTV, The Real World, supuso un antes y un después en la historia de la pequeña pantalla y fue el verdadero germen de un género en España, la telerrealidad, sin el que, a día de hoy, sería muy complicado entender la televisión tal y como la conocemos.

Tras su fulminante estreno en Países Bajos, Big Brother dio el salto a 70 países, entre ellos España, donde le esperaban con uñas y dientes sus muchos detractores, que, por aquel entonces, eran la gran mayoría. Aquella propuesta de Zeppelin TV, productora que había obtenido grandes reconocimientos por productos de ficción como El Súper y Querido maestro y también en el entretenimiento con las galas de Inocente, inocente, Furor, Uno para todas y El juego del Euromillón, fue vilipendiada por muchos analistas televisivos, que consideraron al formato una afrenta contra el propio medio.

Las reprobaciones se sucedieron desde el mismo momento en el que se anunció la emisión de 'Gran Hermano'

Las reprobaciones se sucedieron desde el mismo momento en el que se anunció la emisión en Telecinco, pero no cesaron tras su exitoso estreno, pese a convertirse en todo un fenómeno social. Aquella primera entrega obtuvo más de un 50% de media de cuota de y un 70% en la gala final –porcentajes que sólo alcanzaban ciertas retransmisiones futbolísticas–, cifras que se reflejaban en la calle donde no hubo otro tema de conversación durante tres meses. Asimismo, el programa y sus participantes se convirtieron en las estrellas del momento, llegando incluso a ser el centro de atención de los espacios informativos de la época.

Críticas, y muchas, recibió su maestra de ceremonias, Mercedes Milá. Fueron muchos los que se echaron las manos a la cabeza porque la reconocida periodista, que había alcanzado una enorme notoriedad en programas de debate y entrevistas como Buenas noches, Queremos saber y Más que palabras, se lanzara al ruedo del entretenimiento con un espacio que proponía encerrar a diez personas en una casa de Soto del Real para observar su comportamiento durante 90 días.

En una entrevista a Europa Press con motivo de su último proyecto televisivo, Scott y Milá (Movistar+), la comunicadora catalana recordaba los muchos palos que recibió por aceptar aquel reto. “Sufrí muchas críticas, pero al final me han dado la razón, el formato GH seguirá siempre con famosos y anónimos porque siempre hay interés sobre lo que pasa”, subrayó en 2018. "Que no me entendieran, me daba igual, me la soplaba”, le confesó a Jordi Évole en una entrevista para Salvados en mayo de 2018.

Mercedes Milá: "Sufrí muchas críticas, pero al final me han dado la razón"

Dos décadas después y a pocos días del aniversario del programa al que ha estado ligada durante 15 años, Milá comparaba aquel encierro con el que atravesamos en estos momentos. “Los seguidores de Gran Hermano se acordarán de las decenas de veces que agradecí a los concursantes su valentía y generosidad por participar en aquel encierro rodeados de cámaras y micrófonos. Ahora muchos lo comprenderán mejor”, decía en su perfil de Instagram.

GH fue aquella primavera de 2000 un programa sin precedentes y su despliegue técnico y humano fue una declaración de intenciones de Telecinco, que echó toda la carne en el asador para su prime time con casi una treintena de cámaras, 60 micrófonos y 100 profesionales pendientes de cada movimiento y palabra de los concursantes. Nació, además, la primera televisión digital de la historia, Quiero TV, donde los espectadores podían seguir la vida de aquellos diez valientes sin descanso.

"Hay gente que piensa que esta fecha va a marcar un antes y un después de la historia de la televisión en España. Si así fuera, francamente les confieso que estoy muy orgullosa de estar esta noche aquí y de empezar este trabajo en esta cadena”, señaló entonces su presentadora y advirtió de algo que tras 18 entregas es una obviedad, GH es la audiencia al otro lado de la pantalla, que observa y decide quién es expulsado y quién sale vencedor de la casa de Guadalix de la Sierra.

El espacio ha logrado darse la vuelta a sí mismo en innumerables ocasiones y su departamento de casting ha encontrado perfiles de concursantes de lo más variopinto, reflejo del constante cambio de la sociedad española a lo largo de estas dos décadas. Asimismo, cuando los anónimos empezaron a perder el interés del público echaron mano del encierro de celebridades, que tan buenos rendimientos han procurado al Mediaset.

Pese al paso del tiempo y con registros de seguimiento que no alcanzan la mitad de aquel hito televisivo, GH, en sus distintas versiones, sigue vivo y coleando, pese a las controversias y polémicas que se suscitan antes, durante y después de cada emisión. Seamos honestos, hayamos o no seguido cada una de sus temporadas, fue un punto de inflexión que 20 años después encandila por igual a distintas generaciones. ¡Felicidades!