La esperada cuarta parte de La casa de papel ya está aquí. Netflix ha estrenado este viernes 3 de abril los nuevos episodios de la serie, en pleno confinamiento, con lo que el éxito está más que asegurado. Una temporada que trae consigo más acción y más tensión.

Al finalizar la tercera parte, como es lógico, se quedaron en el tintero algunas incógnitas que se intentarán resolver en esta nueva etapa. Cómo terminará el asalto al Banco de España, qué ocurrirá con Nairobi, o cuál es el futuro de Lisboa tras ser arrestada son algunos de los misterios que quedaron en el aire. 

Sin embargo, al márgen de las incógnitas que presenta la trama, otro de los momentos más esperados era conocer cuál sería la naturaleza e importancia del personaje de Belén Cuesta. La actriz ya apareció en la tercera temporada como uno de los réhenes, sin ningún tipo de protagonismo, pero en lo que se presuponía un papel muy importante en estos nuevos capítulos. 

¡A partir de aquí este artículo contiene spoilers¡

Ha sido ahora, en el transcurso de la nueva temporada, cuando se ha confirmado por fin la identidad de este personaje. Y, efectivamente, no era simplemente una rehén. Tal y como ya contamos, el personaje de Belén Cuesta comienza a interactuar ya desde los inicios y se convierte en parte fundamental del atraco. Su cometido: vigilar a los rehenes desde dentro.

Pero no es hasta el quinto episodio cuando conocemos más detalles de su pasado. Julia, nombre del personaje, es una mujer transexual. Se trata de la ahijada de Moscú (Paco Tous), pero tanto él como Denver (Jaime Llorente), esperaban ver a Juanito, el nombre con el que el personaje se indentificaba antes de su transición. 

Y, ¿cuál es el problema con esto? Pues bien, resulta chocante ver a una mujer cis (es decir, una persona cuya identidad de género es concordante con su género biológico) interpretando a una mujer transexual. Y no es chocante porque sea algo que no ha ocurrido nunca, ya que lo hemos visto en multitud de ocasiones. Lo es, porque en pleno 2020, después de tantas críticas a otras series, parece bastante innecesario.

Y más teniendo en cuenta que acabamos de vivir el estreno de Veneno. De forma totalmente lógica las actrices que dan vida a La Veneno son mujeres transexuales en la vida real. La serie de Los Javis ha sido una oportunidad de oro para un colectivo que aún hoy en día siguen siendo bastante maltatrado dentro de la industria del cine y la televisión. 

En este sentido, La Casa de Papel, una serie de éxito y vista prácticamente en todos los rincones del mundo, podría haber sido también una oportunidad magnífica para darle visibilidad a una actriz transexual. 

Es cierto que en la presentación de este personaje en ningún momento se hace una burla de su condición. Sí existe, eso sí, un cierto tono cómico, sin ser excesivo, pero que probablemente a más de un espectador le choque. 

Además, este aspecto del personaje parece simplemente una excusa para hacer la presentación del personaje más llamativa y divertida. Así, cuando Julia sale del autubús hay un momento de confusión porque Denver y Moscú están buscando a un hombre. 

En definitiva, oportunidad perdida para La Casa de Papel, que quizás en un intento de dar visiblidad al colectivo LGTBiQ+, han querido introducir un personaje transexual. Una pena que no lo hayan rematado del todo.