Disney+ ya está disponible y ofrece sus servicios en España desde el 24 de marzo. La plataforma, que llegó a la vez a países como Reino Unido, Alemania o Italia, cuenta en su catálogo con todos los clásicos de la compañía del ratón y de las factorías Pixar, Marvel, Star Wars y National Geographic.

Desde su llegada se ha convertido en uno de los temas principales de conversación en redes sociales, impulsado por la oferta de una semana de prueba gratuita, que acercará a muchos espectadores al servicio.

Sin embargo, poco a poco van apareciendo nuevos detalles sobre la plataforma que no dejan en buen lugar a la compañía. Sin ir más lejos, mediante el contrato de suscripción con sus clientes, la propia empresa informado que tiene su sede en Ámsterdam (Países Bajos). Es decir, no pagará impuestos en nuestro país.

Algo similar sucedió con Netflix, sólo pagó 3.146 euros en concepto de impuesto de sociedades en su primer ejercicio fiscal en España, según las cuentas anuales de los Gastos Servicios de Transmisión España y los Gastos de Entretenimiento España.

No sería hasta agosto de 2018 cuando Netflix creó dos sociedades en España: una dedicada a la producción y otra al marketing.  En ese periodo, las dos filiales declararon unos ingresos conjuntos de 538.921 euros y un beneficio neto de 9.439 euros.

Por su parte, HBO España pasó de pagar 45.205 euros en 2017 a 108.760 euros en 2018, según publicó Cinco días. Igualmente, los beneficios de la empresa se dispararon: los 80.705 euros ganados en 2017 contrastan con los 214.453 registrados en 2018,

Por otro lado, Amazon actúa de una manera parecida a la de sus compañeras de sector. Los ingresos que obtienen del servicio Prime de Amazon se pagan a Amazon Europe Sarl, sociedad limitada de Luxemburgo. 

Por todo ello, el Gobierno prepara una tasa para que las plataformas de streaming financien RTVE como así sucede con los demás operadores audiovisuales instalados en nuestro país. Esta tasa estaría justificada por la implementación de una directiva de la Comisión Europea sobre telecomunicaciones que implica la ampliación del concepto de “operadores de servicios de telecomunicaciones”.

Esta nueva directiva obligará a plataformas online como Netflix y HBO, así como a las televisiones tradicionales, a ofrecer un mínimo del 30 % de producción europea en sus catálogos.