Pablo Motos ha empezado El Hormiguero con el brazo en cabestrillo por una lesión haciendo deporte que le llevó hasta el quirófano de urgencias el pasado viernes. Tras explicar lo que le sucedió, dio la bienvenida a Marta Díaz, una influencer que mueve millones de seguidores en Instagram y TikTok por sus looks y por sus trucos de belleza.

Tras saludarse, Marta explicó que conoció a Pablo en una boda hace cuatro años, a la que acudió con su pareja, el futbolista Sergio Reguilón, que se saludaron brevemente y ella le dijo al deportista que algún día iría a su programa. Algo que ahora ha logrado.

Marta explicó que uno de los valores que tiene como influencer es su engagement, y es la alta participación de sus seguidores en sus publicaciones, tanto en comentarios como en likes. Una interacción que “a las marcas les interesa mucho”, y así, admitía que una story suya podría verla perfectamente “un milloncito” de usuarios.

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Pablo Motos quiso saber en primer lugar, y como padre, que por qué ella ha triunfado, si se trata de una especie de lotería, o si es cuestión de suerte. Díaz entonces comenzó a explicar que ella empezó haciendo vídeos por diversión junto a su hermano, “y eso es lo que enganchaba a la gente, que no estuviésemos buscando un objetivo, sino el divertirnos”.

Tanto la invitada como su hermano abandonaron los estudios para dedicarse de lleno a las redes sociales, y Pablo le preguntó que qué opinan sus padres. “Al principio costó mucho en casa”, admitía Díaz, que contó que su hermano fue el primero, pero que “empezó cobrando como 50 euros al mes. Y cómo convences tú a tus padres cuando estás cobrando ese dinero de dejar los estudios”, reflexionaba con humor. Motos comentaba entonces que no querría pensar cómo actuaría él como padre. Sus progenitores, sin embargo, tuvieron “una fe muy grande”, y así, pudo dedicarse a ello profesionalmente. “Si yo fuese su padre, lo que te dé para vivir, y si no te da con 50… Falta gente en los restaurantes”, apostillaba el presentador valenciano con ironía.

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El hermano de Marta fue quien le allanó el terreno para que ella pudiera también ser influencer, y recordó que su primer vídeo lo hizo oculta bajo gafas y un gorro, cuando todavía era menor de edad. En la actualidad, la invitada se pasa “más de diez horas” al día mirando el móvil, y consume mucho TikTok e Instagram. “Es horrible, una jornada completa”, añadía la propia Marta, quien carga su terminal varias veces al día.

“Hay gente que dice que ser influencer no es un trabajo. ¿Cuanta gente trabaja contigo?”, siguió preguntando Pablo. Marta Díaz, sin dar una cifra concreta, decía que entre 11 y 15, y que ahí incluye su equipo de representación, su cámara, editor, estilista o sus peluqueros. Se definió, además, como una persona perfeccionista, que se enfada cuando algo no sale a la primera, pero que se le va rápido el mosqueo porque no le gustan “los malos rollos”.

Al ser pareja de un jugador de fútbol, Motos le preguntó que si en su caso los “envidiosos o acosadores” se multiplican. “Realmente recibo hate a diario, y me duele decirlo, pero creo que el odio está de moda, el criticar. Da igual la razón por la que sea, por lo que lleves, por lo que no, con quien te juntes y no lo termino de entender mucho. Yo no podría quedarme tranquila en la cama sabiendo que he criticado a una persona que no conozco y me he quedado a gusto”, sentenciaba la influencer.

Con un lado curioso, Motos le preguntó si entre los compañeros de profesión hay envidias. “¿Hay envidia en tu programa?”, cuestionaba entonces Díaz. “Dentro seguro que también”, opinaba Motos. “Pues ya te he respondido yo también”, le decía entonces Marta, que no suele darse cuenta “de esas cosas, porque voy a lo mío, en mi carril. No entiendo por qué hay que envidiar, por qué me afecta que a otra persona le vaya bien”, confesaba.

Poco antes de que la entrevista terminase, Marta mostró algunos moratones que tiene en el cuerpo. Y es que está grabando ya la nueva edición de El Desafío, el concurso de Antena 3 con famosos que presenta Roberto Leal, y detalló que en concreto se los ha hecho en la prueba del calamar.