En marzo de este año saltaba la bomba: La Fábrica de la Tele, productora de Sálvame, reconocía estar siendo investigada por la policía por revelar de información privada de famosos proveniente de un policía, amigo del periodita y colaborador Gustavo González. 

Desde el círculo más cercano a González explicaban a este medio que judicialmente estaba "muy tranquilo", ya que "la revelación de secretos es el delito más común en el periodismo" debido a que "la línea es muy estrecha con el derecho a la información". 

"Si se iniciasen acciones judiciales por cada colaborador de un programa de actualidad de investigación que habla en esos términos, se estarían abriendo investigaciones constantemente", añadían estas fuentes.

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Sin embargo, González fue la cabeza de turco de la Operación Deluxe ya que el programa decidió deshacerse de sus servicios. Ahora, siete meses después de aquello, el periodista ha roto su silencio en una entrevista con la revista Pronto.

"No me renovaron el contrato en Sálvame y se acabó. Nada más. Será que no les gustaba... pero no pasa nada. Llegó un momento en el que los mismos conflictos entre colaboradores importaban más que el hecho de llevar noticias. Primaba montar el espectáculo. En ese programa nadie es imprescindible", comenta.

"Fue una etapa de mi vida en la que estuve de paso. La televisión no es la panacea para nadie y yo sabía que era una etapa pasajera. Lo llevo con humildad y tranquilidad, volcado en mi trabajo y en mi familia. Y con mucha pasión", añade el periodista.

"Tras 20 años en el medio, estoy muy agradecido por haber participado en programas que son historia. Me siento orgulloso de haber formado parte de Sálvame. Y quiero dejar muy claro que no estoy cabreado con nadie. Parece como si no existieras por no salir en televisión, y sí existo", concluye.