Con muy perfectas metáforas,
buscáis el vino esencial,
para al fin sólo quedar
en los adornos del ánfora.
¿O acaso no es gran verdad
que el lenguaje a fuer de abuso,
en música torna su uso
y el contenido en trivial?
¿Dónde tenéis la mollera?,
tanto escribir lo ya escrito,
convertís en vil refrito
a la misma primavera.
Mas os valiera arreglar
la casa del pensamiento:
lo bello en el vaso expuesto
sólo resalta el cristal.
Quien prefiera viejos odres,
en nada empobrece el vino:
un nuevo tonel no es signo
de los mejores sabores.
El sabor busca la lengua
y la lengua se envilece,
si degustando se mece
con la íntima conciencia.
Desechad siempre los verbos
sin las luces de Atenea,
la metáfora sin la idea
es servil y cría cuervos.