La costa tropical de la provincia de Granada se configura como una zona de gran atractivo, entre otras razones, por su ecosistema natural y la belleza que atesoran gran parte de los pueblos y ciudades que forman parte de la misma.
Entre los atractivos de los que se puede disfrutar en la costa tropical merece destacar la villa de Salobreña con una amplia trayectoria histórica desarrollada por los fenicios, romanos y musulmanes, pudiéndose vislumbrar fácilmente en el horizonte por su blanco resplandor, su emblemático castillo y su ubicación en un cerro costero que en la época neolítica era una isla donde el actual paseo marítimo era inexistente.
El valor y la belleza intrínseca que posee Salobreña desafortunadamente lleva más de una década ensombrecida y deslucida, ya que a pesar del desarrollo y de las mejoras que se han ido acometiendo en el casco antiguo del pueblo, contribuyendo sin duda a incrementar su esplendor, no han tenido acomodo en la parte costera de la villa.
La notoria percepción de un paseo marítimo y aledaños faltos de las más que necesarias mejoras, cuidado y modernización nos trasladan de forma algo metafórica a la época en que Salobreña era una isla constituida sólo por su casco antiguo y debería, por otro lado, motivar un impulso para avanzar de forma cualitativa en el desarrollo global e integral de la villa.
Es cierto que se han realizado algunas mejoras en los últimos años en un pequeño trayecto del paseo marítimo, la urbanización de la parcela TH1 y la puesta en marcha de las obras de vial verde, que inexplicablemente han quedado paralizadas cuando la obra está ya muy avanzada, convirtiendo lo que iba a ser un espacio de gran valor en un erial abandonado cubierto de maleza, material abandonado e incremento de la suciedad.
Por lo que se refiere al paseo marítimo, espacio que debe considerarse como piedra angular para el desarrollo local y turístico, observamos cómo lamentablemente van pasando los años y no acaba de ser remodelado para un fin prioritariamente peatonal con accesos permitidos solo para las necesidades de carga y descarga. En este sentido, la situación ha empeorado recientemente en cuanto a estética y funcionalidad con la partición de la vía mediante el uso de bolardos ya que no ayuda prácticamente en nada al objetivo de favorecer la comodidad y seguridad vial de las personas.
Cada vez más y sin muchas dilaciones, la villa de Salobreña, sus habitantes y visitantes se merecen la puesta en valor del paseo marítimo y playas mediante un proyecto funcional, estético y sin necesidad de un gran dispendio económico en el que prime, al mismo tiempo, preservar los requisitos higiénicos y medioambientales para lo cual se haría necesario, entre otras actuaciones, la instalación de unos emisarios que encaucen directamente las aguas de las acequias al mar sin que estas obstaculicen, deterioren y contaminen las playas.
Sin desmerecer ni minusvalorar la iniciativa emprendida recientemente por la corporación para señalizar y acordonar en la playa espacios donde se prevé que crezca con ayuda y cuidado una flora autóctona, el sentido común indica que está loable iniciativa debería compatibilizarse con un criterio lo más estético, funcional y moderno posible en un lugar tan frecuentado, transitado y apreciado para el ocio y disfrute como es una zona de playa.
A tenor de lo reseñado, y a pesar de las promesas de mejora realizadas por la corporación municipal en alguna ocasión, es difícil comprender el gran atraso en el que se encuentra sumido Salobreña en el desarrollo de su infraestructura turística comparada con la mayoría de los pueblos costeros, no solo de la costa tropical, sino la costa española.
Por tanto, la corporación municipal de Salobreña debería poner foco en el desarrollo turístico de la villa al que acompañará, sin duda, su desarrollo económico dedicando los recursos y esfuerzos que sean necesarios para ello y priorizándolos sobre otros aspectos y partidas de corte quizás más cortoplacista y electoralista.
Desgraciadamente, tal y como ocurre con muchos municipios costeros de España, los residentes no empadronados y turistas carecen prácticamente de voz y voto quedando relegados en la canalización de sus inquietudes, aspiraciones y propuestas de mejora a nivel municipal.
No obstante, los habitantes y visitantes de la querida villa de Salobreña están convencidos que la necesaria receptividad y sensibilidad de su corporación municipal redundara en la puesta en marcha de las actuaciones necesarias que posibiliten una mejora en la dirección adecuada, favoreciendo así que alcance y dignifique la categoría de merecido municipio turístico de la Costa Tropical.