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'Érase una vez en... Hollywood'

Brad Pitt y Leonardo DiCaprio en 'Érase una vez en... Hollywood'.

Brad Pitt y Leonardo DiCaprio en 'Érase una vez en... Hollywood'.

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¿Ha madurado Tarantino? A la vista de lo que nos ofrece en su último trabajo yo diría que sin lugar a dudas. Pero lo que quizás sería más relevante plantearse, y mucho más complejo de responder, es si esto hace mejor su cine.

Una vez vista hay que reconocer que 'Érase una vez en…. Hollywood' tiene ambición en la narración y un cuidado por mostrar una época y retratar unos personajes. Pero no puedo dejar de olvidar que durante los primeros 45 minutos de metraje veo discurrir sin gran entusiasmo la presentación de una historia protagonizada por tres grandes actores como son Brad Pitt, Leonardo DiCaprio y Margot Robbie, que encarnan unos personajes situados en un contexto icónico de la cultura contemporánea como es Hollywood y la California de finales de los 60. Pero aunque a priori esto parece prometedor, como ya he dicho, de inicio resulta algo plana, mortecina y ausente de la garra narrativa habitual del director.

No es hasta pasados esos tres cuartos de hora, cuando asoma el Tarantino más primario y gamberro, obsequiándonos con una antológica secuencia con Brad Pitt y Bruce Lee. Es cuando despierto de mi letargo y siento desde mi butaca de espectador como la película mete una marcha más. A partir de ahí, empieza a revitalizarse un relato, con Pitt en estado de gracia y sobrado de personalidad, DiCaprio con recursos y tirando del fondo de armario interpretativo de 'El lobo de Wall Street' y Margot Robbie, como Sharon Tate, cuyas secuencias llenas de luminosidad muestran toda una actitud llena de emoción ante la vida y cuya sola presencia llena la pantalla.

Unas historias en las que los tres protagonistas muestran sus anhelos y miserias, salpicadas de evocaciones y cinefilias tarantinianas, componiendo un relato de ilusiones y derrotas, aderezadas con más cumbres secuenciales, como el momento de Brad Pitt en la granja de hippies.

Un ejemplo de cine donde todo avanza, evoluciona, salta en el tiempo y el espacio y juega con el espectador, hasta llevarnos a un final de tal brillantez argumental que estremece y emociona por el giro luminoso que le da a la historia real y que nos abre un futuro de ensoñación y optimismo que a todos nos hubiera gustado habitar.

Tarantino hace un homenaje al cine, pero sobre todo a una época. Aunque la película resulta más interesante que emocionante y más entretenida que apasionante, no por ello podemos dejar de reconocer a un cineasta robusto y talentoso, más calmado y sentimental en esta ocasión, al que quizás le cuesta algo moverse en el terreno de lo emocional, pero capaz de levantar al espectador con algunos momentos álgidos llenos de tensión y audacia.

Dicen que esta, su novena película, es la penúltima de Tarantino, que ha declarado en alguna ocasión que solo haría 10. Tras lo aquí visto, y la puerta que parece haber entreabierto en su estilo, espero expectante a que llegue la última, ya que en la que acabo de ver, el gamberro que siempre ha sido y todos hemos disfrutado, ha empezado a dar paso a un artista más matizado y emotivo, que si consigue ensamblar ambas personalidades, puede llegar a mostrarnos (y lo digo a sabiendas de que hablo del director de 'Pulp Fiction') su mejor obra…. O eso espero.