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Simpecado

El PSOE gana en 10 de las doce comunidades en juego pero necesita pactar

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La palabra “simpecado” denomina al estandarte en honor a la Virgen de la iglesia católica, apostólica y romana. Su origen es las palabras “Sine Labe Concepta” -sin pecado concebida-, aludiendo a la Concepción Inmaculada de María, madre de Dios. En las romerías suele ir en una carreta de cada hermandad mientras recorren el camino.

En España hemos acudido dos veces a comicios en apenas un mes. La clase política, esa que quiere ser como el pueblo, pero con los privilegios superiores a los votantes, ha recibido un mandato difuso. Desde la fragilidad parlamentaria a los precarios resultados municipales y autonómicos, los representantes mínimamente mayoritarios se ven obligados a formar pactos. Las negociaciones están encima de la mesa. Los amigos... ¿Qué amigos? En política ni hay amigos ni familia. Ahí todo se mueve por un sillón o bastón de mando, que determinarán la inversión y gasto de los presupuestos públicos.

La memoria de los políticos es frágil. Su mayor enemigo no es el rival de otro partido, esté más o menos alejado de su teórica posición ideológica. La hemeroteca es un arma de destrucción masiva. Antes se necesitaba de un arduo trabajo buceando en legajos de papel, ahora es accesible de manera instantánea, a través, entre otros, de los miniordenadores que usamos para recibir o emitir llamadas de teléfono. ¡Ay, el smartphone!

Algunas personas tenemos la costumbre de buscar en Internet aquello “¿qué dijo el señorito hace un mes sobre pactar o no con otro partido?”. Los resultados sorprenden a los más incrédulos. Sócrates se echaría unas buenas risas al ver ridiculizados a la clase política ante la revelación de sus propias vergüenzas.

El partido Ciudadanos pretende tener una apariencia similar a su líder: bien vestido, buena presencia, parece haber salido hace un minuto de la ducha, afeitado y planchado; porte serio, jovial y utilizando un lenguaje sencillo, claro, pero no compartido por todos.

Las diferentes circunscripciones se cuentan con varias opciones espectros: uno formado por el Partido Popular y Vox, otro por el PSOE, Podemos y nacionalistas independentistas. ¿Dónde se encuadrará Ciudadanos? Estas declaraciones de Albert Rivera tienen fecha el 3 de marzo de 2019:

        —No vamos a pactar con Sánchez, les echaremos y punto -en referencia al PSOE.

Esa confianza pudo significar que parte de los votantes vieran una posibilidad al introducir el voto en favor de Ciudadanos. Ahora, según las declaraciones de Albert Rivera, debiera de estar dispuesto a pactar o llegar a acuerdos con el Partido Popular. Sin embargo las matemáticas quedan a merced del apoyo de Vox en algunos lugares.

Ciudadanos ha hecho declaraciones tremendas contra el partido liderado por Santiago Abascal. La falta de respeto a un contrincante político llega a negar la posibilidad de sentarse en una mesa para intentar llegar a un acuerdo. Ese feo gesto, feotón de alguien con apariencia de limpieza, es muy discutible; más aún cuando asume los postulados de partidos de extrema izquierda, nacionalistas, separatistas y terroristas. He dicho terroristas, porque coinciden con Bildu, franquicia y heredera de la banda terrorista ETA, como lo son sus dirigentes.

Albert Rivera y sus muchachos fueron a las provincias vascongadas a dar mítines. Allí sintieron el aliento, las palabras, los insultos, el desprecio de los proetarras. Esos mismos actos y acciones, sumando la amenaza muy creíble de muerte, han sido los compañeros de la vida del líder a quien ningunean. Sí, a Santiago Abascal, a su padre y abuelo ETA amenazó con matarles; la banda terrorista ETA mantuvo secuestrado a Don José Antonio Ortega Lara durante 532 días. El zulo, de reducidas dimensiones, lleno de humedad y con un sistema impropio para la vida y la dignidad humana. ¿Qué se piensan las gentes de Ciudadanos respecto a la ideología de estas víctimas del terrorismo?

Han conocido el odio visceral. Bienvenidos al club. Ahora sólo le falta haber olido la ropa incendiada de la tienda de sus padres; compartir miedos y lágrimas por desconocer si luego, más tarde o mañana será el último día de la vida. Señor Rivera, ¡un poquito de por favor!

Los programas económicos son similares, casi idénticos entre Ciudadanos, Populares y Vox. ¿Cuál es la presunta fuerza moral para despreciar una conversación? En cambio, con el PSOE, sí pueden sentarse a hablar, negociar y, quizá, formar pactos. Ese PSOE que habla con los partidos separatistas y extremistas; ese formación apoyada por todos aquellos que pretenden revertir el orden constitucional vigente. Ese PSOE que negoció con terroristas de ETA negando la existencia de unas actas muy reveladoras.

Quizá tenga más dignidad cualquier miembro electo, afiliado, simpatizante o trabajador de Vox que el conjunto de candidatos electos de Ciudadanos que les niegan la silla, la palabra y un sitio en la mesa de negociación. ¿Quizá? Quizá no, estoy seguro de ello.

Ciudadanos no es un “simpecao”: ni portan ni tienen esa condición.