En 2009 el director griego Yorgos Lanthimos irrumpe en el panorama cinéfilo con un film, “Canino”, duro, desasosegante y original, que supone el punto de partida de una serie de películas, en mi opinión algo irregulares, pero que no podemos dejar de reconocer como rompedoras.
En 2017 pasa de la originalidad a la excelencia con un film, “El sacrificio del ciervo sagrado”, donde a una puesta en escena más sofisticada, le suma una historia insana y radical. Eso hace que esta película se convierta en una obra única, si es que como espectador eres capaz de soportar la experiencia extrema en lo emocional a la que somete a los personajes. Una historia muy a la altura de la tradición cinéfila de autores como Lars von Trier o Michael Haneke, pero manteniendo su identidad propia.
Tras esta obra parece que Lanthimos ahonda con “La Favorita” en la audacia de la puesta en escena, para al mismo tiempo dar un paso atrás en la radicalidad de su trabajo, proponiéndonos un film original y audaz, algo desasosegante, pero cuya historia se mueve en ámbitos más canónicos.
La película se sitúa a principios del siglo XVIII, y se centra en el entorno de la reina Ana Estuardo, con el fondo de la guerra contra Francia. Se nos narra la disputa por el favor de la monarca y la posición en la corte de dos mujeres que entran en conflicto por su capacidad de influir sobre la soberana.
“La Favorita” a pesar de su apariencia rompedora y única, bebe de muchas fuentes. Estéticamente sigue la senda iniciada en su anterior film y entronca con el Kubrick de “El resplandor” o “Barry Lyndon”, donde reconocemos sus influencias en determinados planos, enfoques, iluminación (sobre todo con el uso de las velas), cierto concepto de la música y el sonido, a lo que habría que sumar un tono evocador y la división del film en capítulos. Además de esto, también parecerían reconocibles ciertas dosis del cine de época Peter Greenaway.
Por otro lado, y en lo referido al germen de la historia y la base del conflicto entre los personajes, la sombra de “Eva al desnudo” es evidente y se sustenta bajo el excelente trabajo de tres actrices, Olivia Colman, Emma Stone y Rachel Weisz espléndidas en sus roles.
En resumen podríamos decir que la película es sin duda interesante y digna de ser recomendada, aunque considero que es algo irregular en su desarrollo, con momentos de gran audacia visual, algunas escenas bastante graciosas, y situaciones algo salvajes, pero todo ello alternado con fases de mayor planicie argumental. Esto hace que el conjunto sea bueno pero no grandioso, original pero no excepcional y entretenido aunque no apasionante.
En cualquier caso, es sin duda una película digna de recomendación.