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Dialéctica en España

Rajoy, este lunes durante un discurso.

Rajoy, este lunes durante un discurso. Efe

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La dialéctica es el arte de descubrir la verdad poniendo de manifiesto las contradicciones en la argumentación del adversario y superando estas contradicciones, según los antiguos filósofos. El idioma de nuestro amado país llamado España tiene una riqueza monumental en cuando a términos para expresar las ideas. Sin embargo, estamos poco acostumbrados en la península ibérica a utilizar esa riqueza del lenguaje, respecto de otros lugares de América Latina. ¿Quién no se asombra cuando escucha cómo hablan argentinos, colombianos y peruanos por ejemplo? Acá, en “nuestra piel de toro”, acostumbramos a reducir verbos, adjetivos y adverbios.



Formamos 52 provincias, 2 ciudades y 17 comunidades autónomas. Diferentes acentos, más o menos musicales, abruptos o suaves, incluso “dejes” singulares a pocos kilómetros de distancia en nuestro entorno. Aún hoy nos entendemos con el mismo idioma personas nacidas en el este, oeste, norte, sur y centro, si bien hay que hacer algún esfuerzo -a nivel coloquial- por mor de las costumbres de la familia.



La mayor dificultad de entender a un español destaca en el ámbito político. Ahí se equiparan argentinos con españoles, peruanos y venezolanos, cubanos y colombianos en cuanto aterrizan en nuestro suelo patrio. En pocos días, puede que incluso horas, descubren cómo sus manifestaciones no tienen sentido con su pensamiento ni pueden ser mantenidas en una línea de espacio temporal corta, por no decir breve.



Los políticos se ganan la mala fama a pulso, con un trabajo sinuoso, continuo, lleno de contradicciones y utilizando posturas irreconciliables dentro de su propia persona. Es más, resulta sorprendente cuando algunos se miran al espejo para realizar cualquier labor higiénica y salen sin algún intento autolítico.



Durante años y años, discursos y manifestaciones, tanto en el Congreso de los Diputados como ante auditorios de Víctimas del Terrorismo, el señor Rajoy ha insistido que él nunca ha “negociado con ETA”. Parece ser verdad, al menos en cuanto a la reducida expresión y significado de su “palabra”. Alfredo Pérez Rubalcaba ha vuelto a la actualidad hace pocos días. Apuntó que, durante las negociaciones con ETA, “no se ocultó a la opinión pública nada esencial”, asegurando que se mantuvo a todos los partidos políticos, incluido el PP, informados. Por tanto, ambos tienen razón y ninguno ha mentido, ateniéndose a las reglas de la Real Academia de la Lengua, si bien los dos son tan miserables por acción y omisión.


Los Presupuestos Generales del Estado sufren las consecuencias del Golpe de Estado en Cataluña. Tras ello, como laboratorio de pruebas del separatismo del resto de malandrines vascos, por poner un ejemplo, unos partidos al gobierno tratan de arañar dineros, infraestructuras, incluso se arrogan las tesis de la banda terrorista ETA. Sí, ese terrorismo que ya no existe porque, en lugar de andar extorsionando a empresarios, poniendo bombas, pegando tiros a Guardias Civiles, Policías, Militares, periodistas y a humildes concejales, ahora tienen a su disposición presupuestos municipales, autonómicos y de las diputaciones.



Aquel terrorismo, que ya no existe, donde un “singermorning” -cantamañanas de toda la vida-, concejal, trilero de los títeres -para niños y mayores- o cualquier “actorzuelo”, de menos de medio pedo, puede arengar a una masa de estúpidos mocosos para que “maten a un guardia civil o pongan una bomba a un fiscal”. ¿Exagerado yo? Cuando se ha llevado a semejantes imbéciles ante los jueces, poco menos que, quienes han salido escaldados, hemos sido las víctimas del terrorismo. No se confundan, me refiero a aquellas víctimas que huimos de las prebendas, saludos y medallas, cuan “abrazafarolas” apegados a cualquier víctima viviendo de su dolor. Tan pronto dan una conferencia avalada por Bildu/Sortu, Geroa Bai o el PNV, como ponen una medalla al Ministro de Interior o él impone una condecoración a dos impresentables. ¿Se preguntará algún alto cargo de dicho Ministerio cómo pueden condecorar a un fulano que interpuso querella contra esos cargos? ¿Casualidades? En España no hay ni una, menos aún en temas de terrorismo.



Los políticos de Sortu han homenajeado a los terroristas, asesinos, secuestradores, presos o en libertad sin un ápice de arrepentimiento. Llenan polideportivos, además de realizar recibimientos al obtener la libertad. Ni se esconden ni ponen de sus bolsillos el precio de los eventos. Están en las instituciones, ya mandan en la administración. Su mensaje ha calado tan hondo que, incluso a los escépticos asusta cuando el PNV maneja el mismo lenguaje, medidas de favor respecto a los presos de ETA y chantajea al gobierno de España con los Presupuestos Generales del Estado.