Los guisos están mejor al día siguiente, una vez todos los sabores reposados, conjuntados y convenientemente mezclados. Sea carne o pescado, con múltiples verduras y hortalizas, caldo con vino y especias, tras un día de cocción, alcanzan su plenitud de sabor.
El penúltimo comunicado de la banda terrorista ETA vuelve a hacer mella en la sociedad de este hermoso país llamado España. ¿Algo nuevo? Pues no, nada cambia en esos asesinos, incluso su asqueroso odio al resto de la sociedad se hace más palpable con el paso de los años.
Su “conflicto” permanece en el día a día. Allí, en las provincias vascongadas y navarras, continua la presión hacia aquellos por razón de su pensamiento, ideología, nacimiento o profesión, por acotar unos cuántos términos de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Uno de ellos, la vida, ha estado pendiente al libre albedrío de los asesinos.
Los delincuentes tienen derecho a no declararse culpable y a no declarar contra sí mismo. Estos dos apartados del artículo 520 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal son de los pocos enunciados cumplidos por los detenidos, imputados, acusados y reos. Las causas judiciales se han convertido algo habitual en nuestro país. Es frecuente, junto con un cerro de calamidades diarias, ver cómo delante de jueces, en fase del juicio oral, los acusados mienten como bellacos. Sí, sí, sin dudar ni un ápice. Da igual la cuna, clase, condición, preparación, cultura, ideología, cargos políticos, banda criminal o individual, en cuanto son llevados ante los “puñetas”, ejercen ese derecho, igual da el delito que se juzgue. Hay demostraciones de la estupidez de algunos, cuando afirman no saber cómo desaparecen cientos de millones de euros. ¡Un poco de “por favor”!
Los partidos políticos ya no nos decepcionan a algunas víctimas del terrorismo. Unos se dan codazos por fardar de quién lava más rojo; tienen dos puntos ambiguos: los colegas que buscan cacho de la tarta y aquellos que han sucumbido durante años a tomar cervezas con asesinos. Es costumbre de compartir ratos de ocio consumiendo fermentados y destilados, incluso dando charlas en los propios nidos de los etarras. Es más, según las propias declaraciones de un individuo, tras participar en actos bajo el auspicio de Geroa Bai y Bildu -brazo político heredero del conglomerado de la banda terrorista ETA-, dejará de presidir una asociación de víctimas del terrorismo. Organización, que giró su rumbo por completo, dedicando parte de sus fondos a intentar querellas imposibles contra sus socios y víctimas del terrorismo, en lugar de combatir con todos los medios posibles a los terroristas y sus afines, como hicieran antes de algunos de sus directivos.
El otro lado político, o lo que queda de él, asume los postulados de un presunto acuerdo anterior a su llegada al poder. Si algo caracteriza a la izquierda es la elaboración de actas de las reuniones que realiza. Se habla de escritos durante las conversaciones impulsadas en el gobierno presidido por Rodriguez Zapatero y los bastardos dirigentes de ETA. Actas, según se habla, permanecen a buen recaudo en la Fundación Henri Dunant de Suiza. ¡Ojo, no sale gratis! Decían la obligación de pagar unos buenos euros por la custodia de la documentación. Si no es mala, si tan “buenos” frutos ha dado a la “convivencia” de este hermoso país llamado España, ¿por qué los diferentes gobiernos no hacen público su contenido? ¿Estamos preparados para saber la verdad? Muchos estamos deseosos de comprobar aquellos “méritos”.
¿Qué decir de la “curia” vasca? Se ha comentado de sacerdotes servidores de ayuda a asesinos en varias formas de colaboración posible. Tras asesinatos de ETA las víctimas debían de salir por la puerta lateral o trasera de aquellos templos católicos donde no se cerraban sus puertas a celebrar homilías por el alma de los asesinados. ¿Reconocen su culpa? Primer paso, obligado a ser continuado por una penitencia, cuan pecadores. ¿Tienen algún dato sobre los 379 asesinatos sin resolver? ¿O están en contra de ayudar a las víctimas de manera activa?
Tiempo atrás todas las víctimas pedíamos Justicia. Ahora, como tanto en esta vida, algunos han cambiado de acera, sentimientos, siglas y compañías; otros, no. Seguimos igual, permanecemos en el mismo punto. Nos enfrentamos al penúltimo insulto enviado desde ETA, sus adláteres y personas con el título de Víctima del Terrorismo, cuyas expresiones están muy cerca de los colaboradores de los asesinos. Poner en boca de los asesinados su intención de rehabilitar a los asesinos quizá sea un acto consecuencia de una enfermedad del tipo “Síndrome de Estocolmo”. ¿Acaso quieren “ser puta y pagar la cama”? Perdón.
Dignidad, Memoria, Justicia y Verdad fueron las peticiones que hacíamos la mayoría de las Víctimas del Terrorismo. En estos tiempos que corren, muchas personas perseguidas de manera mediática, judicial, personal en algunos casos, hemos de añadir RESPETO, precisamos RESPETO, de los otros y de los “nuestros”.