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La Galerna del Sábado de Gloria

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La Galerna del Sábado de Gloria ocurrió un 20 de Abril de 1.878, esta es la crónica de esta terrible tragedia.

A eso de las cinco de la mañana de este sábado, zarparon de la vieja dársena todas las lanchas del Cabildo de Mareantes de Santander, para realizar sus faenas de pesca. La flota se componía de 23 lanchas mayores, 7 barquías, una trainera del Cabildo de mareantes, así como otras embarcaciones.

Ya en el mar, algunos pescadores, comentaban sobre el ventarrón del día anterior, otros decían que muy pronto volvería el temporal. Reinaba una ligera brisa del noroeste, que continuó hasta las diez de la mañana, hora en que todas las embarcaciones estaban ya en faena, notaron los pescadores, por la arena que se levantaba en las playas, que había viento sur en tierra.

El tiempo se tornaba cada vez peor y los patrones de los barcos comenzaron a preocuparse. El temporal era ya tan rápido que era ya tarde para evitarlo. Sobre las doce del mediodía se desencadeno la Galerna de una forma infernal. Las embarcaciones iban de un sitio para otro como si fueran de papel. A la una, la mayoría de las embarcaciones se encontraban en Cabo Mayor, enfrente de Suances, en Punta Santoña, Miguelillo y la Garma (Cantabria).

Una vez dispersadas las embarcaciones, las que se dirigieron hacia la Virgen del Mar y San Pedro encontraron allí su sepultura, las que se apartaron de la costa y pusieron rumbo a Santander corrieron mejor suerte. La primera lancha apareció en el puerto de Santander sobre las cinco de la tarde, pasando los minutos, unas y otras iban rebasando San Martín. Al llegar a los muelles, no puede describirse el dolor de los familiares que les aguardaban. El domingo de Resurrección Santander se sumió en un aterrador recuento y en una tragedia más que había asolado a Santander (las otras dos fueron el incendio y la catástrofe del Machichaco).

El número e ahogados fueron 52 en Santander,26 en Colindres,25 en Laredo,3 en Castro y en Vizcaya y Guipúzcoa también hubo bajas. Esta triste desgracia quedará siempre en la memoria de los pescadores.