Dicen los que más saben en desapariciones que las primeras 48 horas son cruciales para encontrar a la persona desaparecida. En el caso del pequeño Gabriel a medida que iban pasando las horas a todos se nos iba encogiendo más y más el corazón. Pasaban horas y días y nada se sabía del Pescaíto, todo era frustrante, por más medios que se iban poniendo. Toda España estaba pendiente de cada noticia en los telediarios, el pueblo donde había desaparecido el pequeño era ya nuestro pueblo, sus padres eran ya casi parte de nuestras vidas, de nuestras familias.
Esa madre dolorida como la Virgen cuando falleció su hijo era como nuestra hermana, todos nos identificamos con ella,hasta el último momento ha demostrado tener la mayor bondad y valentía que pueda tener un ser humano. Después de 12 días de intensa búsqueda con cientos de personas, el domingo día 11 conocimos el terrible desenlace en el pueblo de Viar, el pequeño Gabriel aparecía muerto en el maletero del coche conducido por la bruja (Ana Julia Quezada).
Todos los peces del mundo salieron del agua para dejar su cariño al pececito más querido de España. No quiero politizar este humilde artículo pero quiero decir a los que mandan que en casos como el de Gabriel el de Sandra el de Diana y tantos otros, deben de dejar a las brujas y Ogros en las cuevas para toda su vida.