EL ESPAÑOL es un periódico del que soy accionista y suscriptor al tratarse de un proyecto con el que empatizo, y encarnar muchos principios con los que me siento identificado. Pero entre estos principios, seamos claros, no está el de ser un periódico especialmente cinéfilo (una pena ya que es mi mayor afición), de ahí que me alegre encontrar un motivo de felicitación en este ámbito por la publicación de un muy buen artículo sobre la película A Ghost Story (Historia de un fantasma), un film que me temo no tendrá un gran recorrido, pero que en mi opinión constituye quizás la obra cinematográfica más estimulante de la temporada, de ahí la necesidad de compartir tan grata experiencia con ustedes.
Esta pequeña obra maestra nos cuenta, con una mezcla de sensibilidad, poesía, soledades y silencios, la historia de un fantasma en primera persona, que con una presencia imponente (no he visto fantasma mejor presentado y más respetuoso con la idea que se tiene del mismo), y de forma temporalmente fragmentada, se nos presenta como un ser perdido, confundido, en un mundo que ya no es el suyo y que asiste impotente como espectador casi pasivo al devenir de unas vidas que no son la suya, que posiblemente ya no entienda y sobre las que no puede incidir más que con alguna señal de dolor o enfado que pueda trascender al mundo real.
Es un film donde el silencio es la correa de transmisión de un mensaje que más que tratar de entender hay que sentir, con unos largos planos llenos de quietud, que recordarían al Ingmar Bergman más transcendente y también a alguno de los personajes de sus películas, mezclado con unas pequeñas dosis de Terrence Malick.
Que la película sea muy buena, es algo que aunque difícil de encontrar en nuestros días, no tendría que llamar excesivamente la atención, ya que aún se siguen haciendo buenas películas, pero en este caso, lo que me cuesta recordar es un film tan inclasificable y de imposible comparación con otro, no solo estremece por su historia y puesta en escena, sino que te deja boquiabierto ante la sorpresa y falta de referencias a las que echar mano, ya que las cintas que han flirteado con una idea similar como I'm a ghost no se acercan ni de lejos a la calidad de A Ghost Story.
Deberían hacer un esfuerzo e ir a verla, y digo esfuerzo porque quizás en algunos momentos exige a quien la ve, ya que desconcierta y utiliza un tempo tan alejado del cine actual que puede llegar a producir desconexiones en más de un espectador, pero por favor, ábranse, sean receptivos, esfuércense, por que las cosas que cuestan son las que guardan la recompensa más satisfactoria, y sin duda que esta película la tiene.