Madrid

El gran problema de los servicios sociales en Madrid

Una cuidadora acompaña y asiste una señora mayor.

Una cuidadora acompaña y asiste una señora mayor.

¿Qué son los servicios sociales? Son servicios fundamentales para el bienestar social, los que en nuestra era aparece invisible. Aquellos servicios que nos sirven de instrumento para tener una vida digna están rotos, tanto la calidad como el servicio que se presta. Hay más interés económico que calidad en cuidar a los que lo prestan. Los servicios sociales están vetados dentro de un mundo que a nadie nos interesa, pero todos en algún momento hemos acudido a ellos, los necesitamos y lo olvidamos como una nube que se desvanece a lo largo del día.

No nos levantamos por algo que nos repercute a todos. Tampoco nos han explicado la situación, hay que ir investigando como si se tratara de escapar de un laberinto, cosa que Ayuntamiento y Comunidad de Madrid tienen muy bien tapado con un edredón nórdico en pleno verano para que el sudor y calor que nos produce no nos deje ver que están haciendo con nuestra ciudad, con lo que es nuestro. Pagamos y votamos, pero sin resultado de aprobado.

¿Qué servicios sociales tiene nuestra ciudad, Madrid? Tenemos recursos sociales para toda la ciudadanía, para mayores, para inmigrantes, para mujeres maltratadas, igualdad, jóvenes e infancia, personas sin hogar y con discapacidad. Todo esto es en general lo que abarca muchos de los bloques de hielo que forman el iceberg. Son bloques de hielo porque están congelados, como sus trabajadores, que velan por todo aquel que esté en riesgo. Ese es su trabajo, pero también su vocación, vocación que se ve truncada por un sin cesar de contratos cedidos a empresas elegidas a dedo, una subestimación que cala en los salvadores de estos recursos.

¿Quién forma esta maraña de servicios sociales que nadie conoce? Los profesionales de lo social, un colectivo muy castigado formado por educadores, trabajadores sociales y psicológos. Tal vez sea porque apenas sacan plazas de funcionario para ellos, pero se ve una clara escasez en el número de educadores sociales. Llevan mucho tiempo anclados sin bote salvavidas, y son los que tiene la labor tan importante de valorar los casos. Un ejemplo está en los que trabajan en Centros de Atención a la Infancia (CAI), unos centros en su mayoría externalizados, cosa que en forma de denuncia en el próximo artículo haré saber a la atención de Cristina Cifuentes (CCMM) y Manuela Carmena (Ayuntamiento).

Algo tan importante como dar ayuda y valorar cada caso no está pagado ni estabilizado. Son personas con una carrera universitaria, y su sueldo se ve estancado, sin posibilidad si quiera de trabajar de manera fija, puesto que los pliegos que saca nuestra decisión votada son de risa. Fomentan lo privado. Aquellos que tanto reprochábamos al Partido Popular nos hemos dado cuenta de que sigue su legado con Ahora Madrid, y por supuesto con Cifuentes desentendida, como no. 

¿Cómo os gustaría que ese trabajador valorara la ayuda? ¿Desde el interés o desde la profesionalidad? ¿Con todos los recursos o con lo que una empresa externa pueda ofrecer? La realidad es que al final la vocación puede con todo y hacen su trabajo lo mejor posible. Una fría realidad de los trabajadores de lo social que directamente nos perjudica a los demás. Si a un profesional de este sector no se le facilita una amplia gama de recursos será muy difícil saber cómo valorar y encajar un caso, cómo educar a la persona, cómo trabajar con ella y sobre todo, seleccionar la ayuda concreta que necesita. 

A los profesionales sociales no se les facilita estabilidad y unas herramientas para hacer su trabajo lo mejor posible. Tampoco se les ofrece un sueldo creíble. Tienen salarios irrisorios que se empequeñecen más cada año. No es lógico que hace 7 años tuvieran más poder adquisitivo que hoy día. Hay que fijarse en la importancia de estos profesionales sepultados a una actividad donde el protagonista es el dinero. ¿Cuál es la estrategia? Abrir más centros externalizados para crear empleo, ya que no sacan plazas de la administración.

¿El coste? Un empleo mucho peor. Las directrices a seguir son mediocres y básicas, sin ver la importancia crucial que tienen los servicios sociales para unos padres que tienen problemas. Que el futuro de un niño se encuentre en la valoración de una persona que no tiene unas condiciones dignas de trabajo es vergonzoso. Pero no viene de ahora. Llevan años en la misma situación, son personas necesarias y fundamentales en la columna vertebral del Estado y los políticos no son capaces de apostar por lo público. Esa calidad que tanto difunden es mentira: Ahora Madrid está siguiendo el mismo juego, no hace nada. ¿Cómo piensan ayudar a los inmigrantes? El cartel de Welcome Refugees está muy bien, ¿pero también contratarán a una empresa privada para conseguir profesionales de lo social a 3×2, como en Carrefour? Hay que conseguir mantener una de las mejores cosas que tenemos: la calidad de los servicios sociales.