Nicolás Maduro.

Nicolás Maduro. Reuters

El comienzo del fin para Maduro

Publicada

En las últimas semanas hemos presenciado lo que muchos consideran la inminente caída de Nicolás Maduro, quien aún se aferra al poder en Venezuela. La administración estadounidense, y en particular su presidente, ha centrado su presión en Maduro y en su mano derecha, Diosdado Cabello.

Donald Trump llegó a declarar que su gobierno conoce a fondo el terreno y las rutas que utilizan los grupos vinculados al narcotráfico en la región.

Entre las medidas más contundentes adoptadas por Washington se encuentra la designación del llamado Cártel de los Soles como organización terrorista —incluyendo en esa categoría al propio Maduro— y la disposición a ejecutar una eventual intervención militar terrestre en territorio venezolano.

No debe olvidarse que la presencia de buques de guerra estadounidenses, entre ellos el portaaviones Gerald Ford, ya domina el Mar Caribe con el declarado propósito de frenar el narcotráfico y abrir el camino para la restauración de la democracia.

Si el régimen de Maduro finalmente se desploma, es probable que su red de alianzas internacionales también se vea comprometida. No sorprendería que figuras políticas extranjeras que lo han respaldado, como el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero, hayan entrado en el radar de la presión norteamericana.

Las décadas marcadas por la represión política, los más de 800 presos políticos, la corrupción multimillonaria y el éxodo de millones de venezolanos componen el dramático legado del chavismo.

Esta semana trascendió la existencia de una llamada entre Trump y Maduro en la que, según diversas versiones, se habría discutido una posible salida negociada. En ese intercambio, Maduro habría planteado abandonar el país a cambio de garantías de impunidad para él y su familia. Trump, sin embargo, no habría aceptado dichas condiciones y le habría dado un plazo de una semana antes de considerar una intervención militar.

Venezuela merece recuperar la paz, la democracia y la esperanza de ver regresar a quienes se vieron obligados a marcharse. Está por ver si este momento histórico abre por fin esa posibilidad.