Sergio Arroyos, propietario del bar Aurora. E.E
Sergio Arroyos, propietario de un bar de Zaragoza: "Conseguir camareros es imposible, no quieren trabajar los findes"
El sector hostelero tiene dificultades para contratar camareros, especialmente en los meses de verano.
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En pleno centro de Zaragoza, Sergio Arroyos, al frente del bar Aurora recibe con una sonrisa (y una barra llena de tapas) a vecinos y turistas.
Sergio explica que la ubicación privilegiada del bar les permite disfrutar de una gran afluencia de turistas, tanto nacionales como internacionales, especialmente en los meses de verano. “Julio y agosto traen mucho movimiento”, señala, aunque advierte que las altas temperaturas se convierten en un obstáculo. “El calor es el mayor enemigo ahora mismo. Las tardes, con estas temperaturas tan altas, bajan muchísimo. Eso pasa factura” afirma.
El Bar Aurora recibe una clientela de lo más variada. “Llega mucho internacional, sobre todo asiático”, comenta Sergio, quien también destaca la presencia constante de visitantes de Madrid, Barcelona y Andalucía. En sus mesas se mezclan turistas que quieren una experiencia gastronómica completa y otros que prefieren ir de tapas, cuidando el bolsillo: “Podemos contar muchísima variedad de turismo. Hay quien va en plan a todo tren y otros que miran precios y tapitas.”
Terraza del bar Aurora en Zaragoza. E.E
Pese a la diversidad, el ambiente en el local es tranquilo. “Muy correctos, generalmente. Se comportan bastante bien”, asegura Sergio. Las incidencias son raras, y la convivencia entre clientes fluye con naturalidad, lo cual facilita el día a día en el bar.
Sin embargo, no todo es tan sencillo tras la barra. Como muchos otros hosteleros, Sergio se enfrenta a un problema creciente: la dificultad para encontrar personal extra durante los días de mayor trabajo. “El personal joven, digamos extra, no quiere trabajar el fin de semana. Ellos lo quieren para su propio ocio”, explica con una mezcla de comprensión y resignación. “Les pregunto si necesitan trabajar, tener experiencia, independencia… Me contestan que sí, pero priorizan primero el ocio.” añade encogiéndose de hombros.
Esta dificultad se acentúa durante fechas señaladas, como las Fiestas del Pilar, cuando la necesidad de refuerzos es máxima. “Si les llamo para cubrir, es lógico que tengan que estar el día del Pilar, pero no quieren. Es muy complicado”, lamenta Sergio, señalando una realidad que se repite en muchos negocios del sector.
El Bar Aurora es un microcosmos de la nueva realidad hostelera en Zaragoza: buenos meses turísticos, clientes cosmopolitas y el reto persistente de encontrar personal motivado y disponible en los momentos de mayor necesidad.
Para Sergio, la receta para seguir en pie pasa por adaptarse y entender que, incluso en el centro de una ciudad histórica y dinámica, la hostelería vive su propia revolución social y laboral.