Mujer comiendo.

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En este pintoresco pueblo de Aragón donde se come de maravilla: encanto medieval a menos de dos horas de Zaragoza

Esta localidad se ha convertido en una escapada ideal para quienes buscan historia, naturaleza y buena mesa sin alejarse demasiado de Zaragoza.

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A tan solo una hora y media en coche desde Zaragoza, Anento se alza como uno de los pueblos más pintorescos y mejor conservados de Aragón. Con apenas 112 habitantes, este pequeño municipio ha sabido reinventarse gracias al turismo rural, combinando su patrimonio medieval con una oferta gastronómica que sorprende por su autenticidad y sabor.

El casco histórico de Anento, declarado Conjunto Histórico-Artístico, invita a perderse por sus calles empedradas, donde cada rincón cuenta una historia.

El castillo del siglo XIV domina el paisaje, ofreciendo vistas panorámicas del valle y del manantial del Aguallueve, una joya natural que brota de la roca y forma estalactitas en invierno

Pero si hay algo que destaca en Anento, además de su belleza, es su cocina. Los restaurantes del pueblo apuestan por platos tradicionales elaborados con productos locales, donde el ternasco asado, las migas aragonesas y los embutidos caseros son protagonistas.

Una experiencia culinaria que deleita a quienes buscan sabores auténticos en un entorno incomparable.

El entorno natural que rodea Anento es perfecto para los amantes del senderismo y la naturaleza. Rutas señalizadas permiten explorar parajes como el Aguallueve, un manantial que brota de la roca y forma estalactitas en invierno.

Este rincón, junto con el recuenco, una hondonada de paredes de arcilla roja, ofrece paisajes únicos que complementan la visita al pueblo.

Anento también celebra anualmente las Jornadas Medievales en julio, donde se recrea la defensa del castillo y se organizan mercados y actividades que transportan a los visitantes al pasado.

Estas festividades, junto con la hospitalidad de sus habitantes, hacen que la estancia en el pueblo sea aún más especial.

Para quienes buscan una escapada que combine historia, naturaleza y buena gastronomía, Anento se presenta como una opción inmejorable. Su cercanía a Zaragoza y su riqueza cultural y culinaria lo convierten en un destino ideal para desconectar y disfrutar de los encantos de Aragón.

Anento forma parte de la red de “Los Pueblos más Bonitos de España”, una distinción que reconoce tanto su patrimonio como su compromiso con la sostenibilidad y la acogida turística.

Gracias a esta inclusión, el municipio ha visto un aumento de visitantes durante todo el año, especialmente en fines de semana y puentes.

Además, alojarse en Anento es asequible y con encanto: pequeñas casas rurales, hostales familiares y apartamentos turísticos permiten una estancia cómoda sin precios desorbitados.

Muchos viajeros combinan su visita a Anento con paradas en Daroca o Calatayud, formando así una escapada completa de historia, naturaleza y buena gastronomía aragonesa.

En los últimos años, Anento ha apostado también por el turismo familiar y educativo. Se organizan visitas guiadas para escolares y grupos, donde se explican las leyendas locales, el funcionamiento del castillo y la formación geológica del Aguallueve, convirtiendo la visita en una experiencia didáctica y entretenida para todas las edades.

Por otro lado, el municipio ha invertido en mejorar sus infraestructuras turísticas sin perder su esencia rural. Se han restaurado caminos, instalado paneles informativos y creado zonas de descanso junto a senderos naturales.

Esta apuesta por el turismo sostenible ha hecho que muchos visitantes repitan y lo recomienden como un destino con alma.

En resumen, Anento es un tesoro escondido que ofrece una experiencia completa: desde su impresionante patrimonio medieval hasta su deliciosa cocina local. Una visita que promete dejar huella en todos aquellos que decidan descubrir este encantador rincón aragonés.