Luis Gil, nutricionista de Zaragoza.

Luis Gil, nutricionista de Zaragoza. E.E.

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Luis Gil, nutricionista con 25 años de experiencia, sobre la Navidad: "Se pueden subir fácilmente entre 2 y 6 kilos"

El zaragozano invita a disfrutar sin culpas durante estas fechas, aunque aconseja no extender demasiado los días de comidas y cenas copiosas.

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Zaragoza
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Quedan 10 días para la cena de Nochebuena, pero el ambiente navideño se respira desde hace semanas, ya que la Navidad actual va más allá de los propios días festivos. Con el inicio de diciembre empezaron también las cenas de empresa o de amigos para celebrar la época más bonita y especial del año. También los reencuentros con aquellos que viven fuera y vuelven a casa.

Y es que la Navidad lleva implícitas comidas y cenas copiosas, con bebidas alcohólicas, mesas repletas de dulces y celebraciones infinitas. Así pues, es fácil subir algunos kilos estos días, convirtiéndose esta cuestión en una preocupación para algunos.

En este aspecto, según confirma el nutricionista zaragozano, Luis Gil, durante las fiestas se pueden subir “fácilmente entre 2 y 6 kilos” si no se pone ningún límite. “Son 15 o 20 días en los que hay mucha comida, mucha bebida y muchas salidas fuera. No sería raro”, comenta sobre la cifra. Eso sí, también señala que pueden no pasar factura.

Gil, con 25 años de experiencia en la profesión, tiene ahora su consulta en el Hospital HC Miraflores (Zaragoza) y atiende pacientes de todas partes de España gracias a sus consultas online que difunde a través de sus redes sociales. En Instagram acostumbra a subir vídeos sobre nutrición y cuenta con más de 65.000 seguidores.

Desde su posición, asegura que es posible mantener una alimentación saludable durante las Navidades, sin embargo, él considera que no es “el mejor momento para preocuparse por la dieta entendida como tal”, pues hay muchos compromisos y eventos sociales de los que disfrutar.

Consejos para esta Navidad

Aun así, el nutricionista desvela algunos consejos que se pueden aplicar. El primero sería no alargar demasiado la Navidad. “Parece que sea desde el 1 de diciembre hasta mitad de enero. Hacemos de unos días puntuales, mes y medio, y si todos los días son una fiesta, se nos va a ir de las manos. Intentaría hacer las comidas más copiosas en las fechas más concretas”, argumenta.

Por otra parte, para evitar comer por “gula” o “por aburrimiento” cuando ya estamos llenos, aconseja comer despacio y masticar mucho, sin prisa y sin hacer otras cosas a la vez. “Nos va a ayudar a que nuestro cerebro interprete que ya estamos saciados y que no queremos comer más. Si comemos muy rápido no damos tiempo a que cerebro y estómago se pongan de acuerdo, ahí es cuando comes casi sin darte cuenta”, explica Luis Gil.

“No se le da el valor que tiene, porque realmente es muy importante”, admite el nutricionista, que también lo recomienda para reducir la hinchazón.

En este aspecto, asegura que se puede evitar esa inflamación manteniendo un buen orden de ingesta de los alimentos. Por ello, es interesante empezar con algo vegetal, pasar al picoteo, la carne o el pescado, y dejar los dulces para el final: “Si lo hacemos así en lugar de empezar con un dulce o con una cerveza, probablemente la sensación sea más agradable cuando terminemos de comer”.

Pese a este asesoramiento, el dietista insiste en disfrutar de estas fechas señaladas, de las reuniones familiares y de las sobremesas que se alargan y no sentirse culpable por comer más de la cuenta. “Hay mucho tiempo después para hacer las cosas bien, no tiene sentido sentirse culpable. No pasa nada, lo importante es lo que hagas el resto del año”, reflexiona Gil.

¿Qué hacer cuando pasan las fiestas?

Ese resto del año comienza para muchos tras la Navidad, con sus propósitos de Año Nuevo. Así pues, una vez terminan estos días “lo mejor es volver a la rutina normal” y no caer en dietas restrictivas que son insostenibles en el tiempo.

En concreto, Luis Gil confiesa que recomienda a sus pacientes que al acabar los días festivos se quiten de casa todos los turrones o bombones que quedan para evitar la tentación.

Además, consciente de que ahora mucha gente opta por el ayuno, explica que una buena opción puede ser el día de Navidad, irse a dormir sin cenar o tomando algo ligero. “Tu sistema digestivo y tu metabolismo te lo va a agradecer, porque le vas a dar cierto descanso. En ese sentido, puede ser bueno compensar, pero sin hacer barbaridades, sin estar durante toda la semana sin cenar”, recalca.

Por otro lado, es una realidad que tras la Navidad se nota el incremento de pacientes en consulta: “Normalmente, vienen dos tipos de perfiles. El que ha estado cuidándose más o menos todo el año y vuelve solo para comprobar que todo ha ido bien; y el que ha adelantado las Navidades, se ha descuidado más y vuelve con ganas de retomarlo lo antes posible”.

Aun así, confiesa que en su caso no es tan considerable, dado que muchos buscan dietas milagrosas y rápidas, que provocan efecto rebote y que él no contempla en su forma de trabajar.

Gil prioriza dietas sostenibles a largo plazo y adaptadas al estilo de vida y el entorno de cada uno. Algo que se convierta en un hábito. Sin duda, un método que funciona, como bien le ha demostrado su experiencia.

El zaragozano subraya que, de media, sus pacientes pierden unos 10 kilos en tres meses: “Hay gente que ha bajado 18 o 19, y otros han bajado 6 o 7. Es algo muy realista que se puede conseguir sin dietas estrictas ni horas interminables de gimnasio”. No obstante, puntualiza que el ejercicio es esencial, pero que con un poco, se notan cambios.

En definitiva, la Navidad es solo una vez al año, una época para compartir momentos y forjar recuerdos. Por ello, todos debemos disfrutar de cada encuentro y cada comida y después continuar con un estilo de vida saludable, que no nos prive de ser felices.