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Ni torrijas ni buñuelos, el postre típico de Semana Santa que solo se toma en Aragón: muy fácil de hacer y delicioso
La culeca y la mona de pascua son dulces típicos de la Semana Santa en la comunidad aragonesa, pero este es más desconocido y está igual de rico.
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Llega la Semana Santa y mientras unos preparan los tambores para salir en las procesiones, y otros hacen calculos para una escapada en una playa paradisiaca, una minoría se frota las manos pensando en los dulces tradicionales de esta época del año.
Las torrijas y los buñuelos en Aragón suelen llevarse la palma (nunca mejor dicho), aunque la mona de pascua y la culeca también son muy demandadas en estas fechas; sin embargo, hay un postre típico que solo se come en Aragón y es deconocido en el resto de España.
Es cierto que la culeca también es de la tierra y tiene poca fama, no obstante hay un postre que pasa mucho más desapercibido. Son los crespillos, un dulce típico de Basbastro que se suele tomar durante el mes de marzo y abril.
Los crespillos son un postre tradicional oscense, que se elabora con borraja, una exquisita verdura también típica de la zona. Lo más habitual es consumir las pencas de la borraja -bien limpias- hervida, con un refrito de aceite de oliva virgen extra,patata, ajo o pimentón.
Pero la borraja no solo sirve para un plato de verduras, su hoja sirve también de postre. Se trata de una receta desconocida en el resto de España, pero que es muy barata, fácil de hacer y está deliciosa.
Receta paso a paso
Durante la Semana Santa en Barbastro, los crespillos se convierten en protagonistas de las mesas familiares. Este postre sencillo y con raíces humildes es una verdadera celebración de la llegada de la primavera, ya que su ingrediente principal son las hojas tiernas de la borraja, una planta muy típica de la huerta aragonesa.
La tradición manda prepararlos el 25 de marzo, Día de la Encarnación, para atraer buena cosecha, aunque en la actualidad se disfrutan durante toda la Cuaresma y en Semana Santa. Los crespillos combinan una fritura ligera con el frescor vegetal de la borraja, logrando una textura y sabor muy especiales.
Ingredientes
- Hojas tiernas de borraja (las más jóvenes y pequeñas)
- 2 huevos
- 150 ml de leche
- 100 g de harina
- 1 pizca de sal
- Ralladura de limón (opcional)
- Azúcar
- Aceite de girasol para freír
Paso 1
Limpieza de las hojas: Lava bien las hojas tiernas de borraja, sécalas con cuidado y retira los tallos. Reserva.
Paso 2
Preparar la masa: En un bol, bate los huevos con la leche. Añade la harina poco a poco hasta obtener una mezcla ligera, como una masa de crepes. Incorpora una cucharadita de azúcar, una pizca de sal y, si quieres, ralladura de limón para darles un toque aromático.
Paso 3
Calentar el aceite: Pon abundante aceite en una sartén honda y caliéntalo a fuego medio-alto.
Paso 4
Rebozar y freír: Sumerge cada hoja de borraja en la masa y fríela en el aceite caliente hasta que esté dorada y crujiente por ambos lados. No pongas muchas a la vez para que no baje la temperatura del aceite.
Paso 5
Escurrir y espolvorear: Retira los crespillos con una espumadera y colócalos sobre papel absorbente. Espolvorea con azúcar cuando aún estén calientes.
Paso 6
Servir: Se pueden disfrutar templados o fríos. ¡Son adictivos!
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Origen de los Crespillos
Como todos los postres, los crespillos también tienen su historia. A ciencia cierta es difícil saber cuando comenzaron a prepararse las hojas de borraja de esta manera, pero desde luego ya se realizaba hace siglos, en el medio rural para aprovechar toda la verdura.
La tradición dice que estos dulces hay que elaborarlos el día 25 de marzo, día de la Encarnación, es decir, el día en que la Virgen quedó encinta para dar a luz 9 meses después, en diciembre, a la vez que se recogen las aceitunas de los olivares. Así se realizaban los crespillos en las casas para propiciar la fecundidad de las oliveras. Si la Virgen y las oliveras obtienen su fruto a la vez, es probable que se preñaran también al mismo tiempo. Por eso la realización de ese postre debe tener lugar el 25 de marzo.