Primera capital de Aragón.

Primera capital de Aragón.

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Ni Zaragoza ni Huesca, esta ciudad fue la primera capital de Aragón: tiene una de las catedrales más bonitas

¿Qué ciudad de Aragón se eligió como capital del Reino? No fue Zaragoza, sino una localidad en pleno Pirineo aragonés.

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El Reino de Aragón fue una entidad política surgida en la península ibérica en el siglo XI. Su historia está marcada por su expansión territorial, su papel en la formación de la Corona de Aragón y su influencia en el Mediterráneo.

El Reino de Aragón nació en 1035 tras la muerte del rey Sancho III de Pamplona, quien repartió sus territorios entre sus hijos. A Ramiro I le correspondió el condado de Aragón, que pronto se convertiría en reino al anexionarse los condados de Sobrarbe y Ribagorza.

¿Qué ciudad escogió Ramiro I como primer capital de Aragón? La primera capital del Reino de Aragón bajo Ramiro I fue Jaca. Ramiro I, considerado el primer rey de Aragón (1035-1063), estableció Jaca como centro político y administrativo del reino. Esta ciudad adquirió gran importancia, no solo por su ubicación estratégica en el Pirineo, sino también porque se convirtió en un núcleo clave en la expansión del reino y en la repoblación de la zona.

Ramiro I, el primer monarca de Aragón, estableció su residencia en Jaca en el siglo XI. Más tarde, su hijo, Sancho Ramírez, concedió a la ciudad los fueros en 1077 para fomentar su crecimiento demográfico. Este hecho consolidó a Jaca como el centro político y episcopal del Reino de Aragón.

Durante su reinado, Jaca se consolidó como un referente urbano y recibió el primer fuero de Aragón, conocido como el Fuero de Jaca, que sirvió de modelo para otras ciudades aragonesas y del norte de España.

Además, Sancho Ramírez estableció en Jaca la sede episcopal, lo que consolidó su estatus como centro religioso. La construcción de la Catedral de San Pedro de Jaca, uno de los templos más importantes del románico en España, es testimonio de este periodo de esplendor.

Aunque Jaca fue la primera capital del reino, su papel preeminente fue disminuyendo con el tiempo. Con la expansión del Reino de Aragón hacia el sur, Zaragoza, conquistada en 1118 por Alfonso I el Batallador, pasó a ser la nueva capital. Sin embargo, Jaca siguió siendo un núcleo fundamental del reino y un centro clave en el Pirineo.

Hoy en día, Jaca conserva su rico patrimonio histórico, con la Catedral de San Pedro, el trazado medieval de sus calles y la Ciudadela de Jaca, una fortificación renacentista. Su pasado como primera capital del Reino de Aragón sigue siendo un elemento esencial de su identidad y atractivo cultural.

La Catedral de San Pedro de Jaca es una de las primeras catedrales románicas de España y un referente fundamental en la historia del arte medieval. Construida en el siglo XI bajo el reinado de Sancho Ramírez, marcó un punto de inflexión en la arquitectura religiosa del reino de Aragón y tuvo una gran influencia en el desarrollo del románico peninsular.

La catedral comenzó a edificarse alrededor del 1077, cuando Sancho Ramírez decidió trasladar la sede episcopal desde Huesca a Jaca. Su objetivo era reforzar la importancia de la ciudad y dotarla de un templo acorde a su nuevo estatus. La construcción de la catedral coincidió con la concesión del Fuero de Jaca, que convirtió a la localidad en un centro político, religioso y comercial clave en el reino de Aragón.

La catedral de Jaca fue un hito fundamental en la Ruta Jacobea, ya que la ciudad se encontraba en el Camino de Santiago Aragonés, una de las vías de peregrinación más importantes en la Edad Media. Su arquitectura y decoración influyeron en muchos templos construidos a lo largo del camino, consolidando a Jaca como un referente artístico y religioso.

Hoy en día, la Catedral de San Pedro de Jaca sigue siendo un monumento imprescindible para quienes visitan la ciudad. Su riqueza arquitectónica y su valor histórico la convierten en un punto clave del patrimonio aragonés y en una de las catedrales románicas más importantes de España. Además, el Museo Diocesano de Jaca, situado en su interior, ofrece una valiosa muestra del arte medieval pirenaico.

En definitiva, Jaca es un destino turístico muy popular gracias a su privilegiada ubicación en el Pirineo aragonés, lo que la convierte en un punto de referencia tanto para los amantes de la naturaleza como para quienes buscan disfrutar de su riqueza histórica.

Su proximidad a las estaciones de esquí de Astún y Candanchú la hace especialmente atractiva en invierno, cuando recibe numerosos visitantes que buscan practicar deportes de nieve como el esquí y el snowboard. Además, su entorno natural ofrece numerosas rutas de senderismo y actividades al aire libre durante todo el año, atrayendo a excursionistas y montañeros.

Gracias a esta combinación de paisajes espectaculares, deporte, cultura e historia, Jaca sigue siendo una de las ciudades más visitadas del Pirineo aragonés, ofreciendo una experiencia única tanto a viajeros de aventura como a aquellos que buscan descubrir su pasado medieval.