Julio Calvo, portavoz de Vox en Zaragoza.

Julio Calvo, portavoz de Vox en Zaragoza. E.E Zaragoza

Opinión

Los derechos de la mujer

Julio Calvo, portavoz de Vox Zaragoza
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El pasado día 10 de noviembre se celebró en el Ayuntamiento de Zaragoza un Pleno convocado por el PSOE para debatir de manera monográfica sobre los derechos de la mujer en España, que derivó, como era perfectamente esperable, en un cruce de acusaciones entre las bancadas de la derecha y la izquierda, algunas más fundadas que otras.

Todo lo que se dijo en él sobre los negocios del suegro de Sánchez y la participación de su mujer, Begoña Gómez, en el Pleno del Ayuntamiento de Zaragoza convocado por el PSOE, ha sido publicado en medios de alcance nacional y nada ha sido desmentido. Ni siquiera se ha dicho por el propio Sánchez o sus ministros que fueran mentiras o bulos: silencio, esa ha sido la consigna.

Tampoco se han querellado contra los medios que han publicado esas noticias, a pesar de su gravedad. Seguramente porque es imposible desmentirlas, que parecen bastante fundamentadas.

¿Por qué convocó el PSOE ese Pleno? El tema elegido sólo fue la excusa. El motivo de fondo es el desastre que les anticipan las encuestas y la desesperación de Lola Ranera por ganar algún protagonismo, por hacerse notar ante el electorado. Pero no creo que tenga nada que hacer, el batacazo va a ser antológico y lo más reconfortante será saber que ha sido absolutamente merecido.

El Pleno pretendía ser, y lo fue, un monográfico sobre los derechos de la mujer y todo el argumentario del PSOE se sustentó sobre tres mentiras: (1) que la alcaldesa ha acelerado la incorporación al sistema VioGén de la Policía Local a raíz del reciente y lamentable asesinato de la mujer nicaragüense, Eugenia Guevara, en Zaragoza, (2) que Vox legitima la violencia contra mujer y (3) que desde que Vox tiene presencia en las instituciones las mujeres han perdido derechos, pretendiendo ignorar que quienes gobiernan son ellos desde hace ya más de siete años y que son sus leyes las que se están aplicando, con los resultados que todos sabemos. Si cuando entró a gobernar Sánchez éramos el quinto mejor país del mundo para nacer mujer, hoy somos el vigésimo séptimo.

¿Cómo se les ocurre convocar un Pleno sobre los derechos de la mujer después de las historias que se han publicado sobre los orígenes laborales de Begoña Gómez trabajando en la empresa familiar de las saunas de su padre, las aficiones de Ábalos, el desastre de la aplicación de la Ley del ‘Sólo sí es sí’ o el tremendo fallo de las pulseras de localización de los agresores sexuales?

El arsenal de argumentos de la izquierda no puede ser más frívolo e inútil: que se ha cambiado el color de los ‘puntos violeta’ por el color rojo corporativo del Ayuntamiento y se han ampliado sus competencias a todo tipo de violencia o agresiones (sin olvidar las que se perpetran contra la mujer), algo intolerable para ellos; que no se firman declaraciones institucionales y que se habla de ‘violencia contra la mujer’ (que es la denominación oficial del Convenio del Consejo de Europa suscrito y refrendado por el Reino de España) y no de ‘violencia machista’, que es como ellos quieren que se llame. ¿Así piensan luchar contra la violencia contra la mujer y frenar la escalada de agresiones?

En cambio no quieren ni oír hablar de los datos publicados por el Ministerio del Interior que dice que el 17% de los residentes en España, de origen extranjero, perpetran el 36% de las agresiones contra la mujer. Eso es criminalización de un colectivo, dicen, aunque los datos sean ciertos y oficiales. Eso puede ignorarse, según ellos, porque es más importante firmar periódicamente, cada año, una declaración institucional.

No sé cómo se las arregla el PSOE que no es responsable de ninguno de sus fracasos. Los culpables siempre somos los demás.