Llega uno de los momentos críticos para la sanidad aragonesa: el verano. Es en estos meses cuando se hace más palpable la necesidad de aumentar las plantillas y de organizar mejor la atención sanitaria. Las necesidades de la población continúan; cambian en algunos casos (con el aumento de población en determinadas zonas turísticas); y los profesionales, que están sobrecargados y estresados de todo el año, tienen que cogerse vacaciones.

Es ahora, con prisa y mala previsión, cuando muchos gestores dicen que faltan médicos para cubrir los centros de salud y los hospitales. En realidad, no es un problema del verano, es un problema estructural de todo el año, aunque ahora sea más visible. Es una realidad: faltan médicos, enfermeros y personal de otras categorías sanitarias y no sanitarias para poder prestar un servicio de calidad.

Queremos poner el foco en algunos aspectos de esta realidad. ¿Cómo resuelve la Administración este problema puntual en verano en los hospitales? Cerrando camas. Se cierran camas porque -dicen- disminuye la actividad quirúrgica y para que los profesionales puedan cogerse vacaciones. Este año se cierran 682 camas en los hospitales públicos de Aragón, un 14% más que el año pasado.

Esta medida es un parche que no resuelve los problemas y que empeora la atención sanitaria. Deberíamos tener plantillas suficientemente dotadas para que todos los trabajadores pudieran coger sus vacaciones, sin que ello repercutiera en la calidad asistencial. Otros servicios públicos y muchas empresas siguen funcionando en verano igual que el resto de año, planificando correctamente la cobertura de las vacaciones.

Saturación y tensión

En las últimas semanas estamos viviendo días con mucha tensión y saturación en las urgencias hospitalarias, como hemos visto, por ejemplo, en el Servet, el Clínico y el Royo Villanova. Esta saturación coincide con el cierre de camas en los hospitales, lo que afecta a las altas y los nuevos ingresos, ya que hay menos camas disponibles. El sistema sanitario está en un precario equilibrio. Si mueves una pieza, se cae el andamiaje por otro lado.

En las últimas semanas también estamos viviendo una situación un tanto caótica y esperpéntica en los centros de salud de la ciudad de Zaragoza, con el cambio de horarios y las modificaciones en la atención continuada. Los centros de salud han recortado su horario: han pasado de estar abiertos hasta las 17.00 a solo hasta las 15.00.

Nosotros siempre hemos pedido que todos los centros de salud estén abiertos hasta las 20.00 para prestar la misma atención a todos los ciudadanos, independientemente de donde vivan. Y así lo recogimos en nuestro acuerdo de fin de huelga con la Administración en 2023. En vez de ampliar horarios, vemos que los reducen, mientras aún está pendiente la reforma de la atención continuada. Un ejemplo más de mala gestión, chapuza y desorganización.

La falta de profesionales es especialmente crítica en el medio rural, en verano y todo el año. En el medio rural hay muchas plazas sin cubrir y las contrataciones de verano no son suficientes, por lo que a muchos profesionales les toca doblar cupos. Y hay localidades más pequeñas a las que no se puede llegar. Por ejemplo, en la zona de salud de Ejea sufren la falta de médicos: hay localidades donde llevan más de 70 días sin asistencia médica. Y temen que esta situación se agrave en verano. Entre tres médicos tendrán que atender más de 18.000 pacientes, en una zona muy dispersa con muchos núcleos de población.

Somos conscientes de la dificultad de cubrir las plazas de difícil cobertura en el medio rural, pero las medidas que se están impulsando desde el Salud son insuficientes y algunas, de dudosa legalidad. La escasa atracción de estos puestos se volvió a demostrar hace unos días en la adjudicación de plazas. Solo cuatro MIR de familia eligieron una de las 86 plazas vacantes ofertadas por el Salud.

El plan de fidelización

El plan de fidelización de residentes, puesto en marcha el año pasado, ha sido un fracaso. Este plan contempla un plus económico de 30.000 euros para los residentes que elijan estas plazas de difícil cobertura y permanezcan en ellas tres años. Desde CSIF ya denunciamos el año pasado que estamos en contra por la desigualdad salarial que genera en los centros entre los trabajadores. También estamos en contra de que quien cubra esas plazas pueda obtener la plaza fija sin pasar por un proceso de oposición.

Otra medida que no compartimos es que se cubran las plazas en centros rurales con médicos sin la formación especializada (sin el MIR). Esto ocurre desde hace años. Hay más de un centenar de médicos trabajando en Aragón con estas características. Desde CSIF defendemos la formación sanitaria especializada y creemos que hay que buscar otras alternativas a la falta de profesionales.

Es difícil encontrar soluciones para esta situación tan complicada. Hace mucho tiempo que denuciamos que las plantillas están muy ajustadas y hay un déficit crónico de profesionales sanitarios en Aragón. Hay que aumentar la plantilla orgánica del Salud. Hay que trabajar ya en una planificación a medio-largo plazo. Deben aumentar las plazas de formación, tanto en las universidades como de formación sanitaria especializada. Y, mientras, hay que cubrir las vacantes con contratos estables y de larga duración.