Carlos y Eduardo en su tienda en la Avenida Tenor Fleta 34

Carlos y Eduardo en su tienda en la Avenida Tenor Fleta 34 Gema Romero

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Marcas Ñ

Eduardo y Carlos, padre e hijo al frente de una carnicería mítica en Zaragoza: "Es el reflejo de las cinco generaciones"

En 2021, Eduardo tomó el relevo a su padre Carlos, convirtiéndose en la quinta generación de la Carnicería Belloc, un negocio familiar con más de un siglo de historia.

Zaragoza
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La carnicería Belloc en Zaragoza es un negocio familiar de quinta generación. Eduardo Belloc se puso al frente del establecimiento en julio de 2021, dando continuidad a la saga de artesanos carniceros que comenzó con la Tomasa y que continúa su tataranieto Eduardo, que tomó el relevo de su padre Carlos. "Mi tatarabuela Tomasa comenzó con un pequeño ganado y a través de la venta directa al público" menciona Eduardo.

El joven de 33 años relata cómo fueron sus inicios en el negocio: "De pequeño iba casi todos los domingos con mi abuelo a ver su ganado y por aquel entonces ya estaba por detrás de los mostradores". Pero lo que recuerda con especial cariño es "el día que tocaba esquilar, era fascinante".

Así pues, un jovencísimo Eduardo se fue introduciendo en el mundo de la carnicería desde pequeño "con lo que podía". Relata que comenzó entregando pedidos en la época de Navidad y "cuando hacía falta". "Poco a poco mi familia me fue transmitiendo esa pasión por el oficio y la verdad es que me encantó", explica.

En julio de 2021 Eduardo se pone al frente del negocio, tomando el relevo de su padre y abriendo la tienda en la que hoy atienden a sus clientes. "Montamos esta tienda especializada en la que se ve el reflejo de las cinco generaciones que llevamos detrás", explica emocionado.

Sin embargo, no todo el camino fue de color de rosa. En 1983, el tío de Eduardo -hermano de Carlos- abrió la carnicería en el mercado Nuevo Fleta. Poco después, en 1986, por motivos personales Carlos tuvo que hacerse cargo del negocio inesperadamente. "Aprendí el oficio de un día para otro", recuerda. Además, añade con orgullo: "El haber llegado hasta aquí es una muestra de que hicimos bien las cosas".

Padre e hijo se muestran orgullosos por la trayectoria de este proyecto familiar "un negocio de quinta generación en los tiempos que corren es difícil, no lo habremos hecho tan mal hasta llegar hasta aquí". Dicen que la clave de su larga trayectoria ha sido "la constancia y el amor por lo que hacemos día a día".

A este negocio familiar también se suma Rosa María Bailó, mujer de Carlos y madre de Eduardo. Por lo que, al final del día, "todo queda en familia". "El día a día se lleva muy bien porque hay mucha confianza y el ambiente de trabajo es muy bueno", subraya Eduardo. Por su parte, Carlos añade la importancia de separar "un poco lo profesional de lo personal".

El apoyo entre ellos tres ha sido fundamental para continuar con esta saga de carniceros artesanos. "Cuando tú no estás al 100% está el otro, y ayuda mucho tener a tu pareja a tu lado en los momentos difíciles" señala Carlos.

Eduardo Belloc, Rosa María Bailó y Carlos Belloc

Eduardo Belloc, Rosa María Bailó y Carlos Belloc Gema Romero

Calidad y confianza en Mercazaragoza

En Carnicería Belloc han sabido diferenciarse en el comercio local de Zaragoza gracias a la calidad de sus productos, un valor que, destacan, está estrechamente ligado al papel de Mercazaragoza. "Tener la tranquilidad de contar con producto fresco y de calidad es fundamental", señalan padre e hijo.

Algo que subrayan también del papel que desempeña Mercazaragoza en el buen hacer y la continuidad del negocio, aunque, a diferencia de otros sectores como el del pescado o la fruta, en el de la carnicería, no es necesario acudir cada día a Mercazaragoza.

Esa relación de confianza se ha forjado con los años: "Confiamos en nuestros proveedores porque llevamos mucho tiempo trabajando con ellos y siempre nos llega producto de calidad. Sin esa garantía de frescura y proveedores de confianza sería mucho más difícil mantener un negocio de cinco generaciones, y ofrecer un producto excelente propio de un comercio de proximidad".

Esencia artesanal y visión de futuro

Para que un negocio siga en pie generación tras generación es importante adaptarse a las demandas del mercado y los clientes. Para ello, desde la Carnicería Belloc trabajan continuamente para renovar los productos que elaboran, ofrecer novedades y producto fresco. "La adaptación a los nuevos tiempos es constante", señala Eduardo.

Además, el contacto diario con los clientes les ha enseñado que "a pesar de que el consumidor de hoy en día es exigente, es muy agradecido". Carlos destaca: "También percibimos que los clientes de hoy en día se solidarizan con el esfuerzo y las dificultades del oficio, algo que antes no ocurría tanto. Eso nos demuestra que las nuevas generaciones de consumidores son más conscientes y, en cierto modo, están cambiando a mejor".

Un padre emocionado explica lo que se siente al dar el relevo del negocio familiar a su hijo: "Qué orgullosos estamos de esta quinta generación". "Me dicen que va a ser mejor que yo" dice con entusiasmo.

Mirando al futuro, Eduardo no sabe lo que le deparará. Pero tiene una cosa muy clara: "No quiero que se pierda la esencia de la artesanía que nos lleva arrastrando estas cinco generaciones".