Julio Calvo, en la plaza del Pilar de Zaragoza, decorada por la Navidad.

Julio Calvo, en la plaza del Pilar de Zaragoza, decorada por la Navidad. E. E.

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Julio Calvo (Vox): "Apoyaremos al Ayuntamiento si el Zaragoza sale de La Nueva Romareda, la obra no puede quedar a mitad"

"Vamos a pedir que la reforma de la avenida de Valencia se quite del presupuesto, se ralentice o se retrase lo máximo posible. Debe esperar".

"Los presupuestos podrían salir adelante incluso con una abstención nuestra. Si conseguimos acercar posiciones en unas cosas pero no en otras, lo más razonable e inteligente sería abstenerse".

"Apostamos por el tranbús para Arcosur. Las prestaciones son muy similares a las del tranvía y el coste de implantación es infinitamente más pequeño".

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El portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Zaragoza, Julio Calvo (Zaragoza, 1955), reconoce que hay una "predisposición favorable" a que la ciudad tenga nuevos presupuestos en 2026. Aunque han conseguido una nueva rebaja de la plusvalía, hay proyectos que les siguen chirriando, como la reforma de la avenida de Valencia o la Ciudad del Cine en la antigua fábrica de Giesa.

Tras la polémica con el nombramiento de la Casa Palestina como Hija Predilecta de Zaragoza, el concejal se abre a hacer cambios en la selección de galardonados para evitar la politización de estas distinciones. Asegura, sin embargo, que la actuación del padre Guilherme no fue una provocación, ya que se le trajo "no por cura, sino como DJ".

Respecto al día a día con el PP, reconoce haberse sentido molesto cuando los conservadores han 'vendido' como suyas exigencias de Vox y asegura que la alcaldesa necesita un grupo responsable que le marque "ciertos límites".

Están en medio de la negociación del presupuesto. ¿Cómo de cerca o de lejos está Zaragoza de tener unas nuevas cuentas en 2026?

Estamos aproximando posturas, viendo las cosas que nosotros queremos que se incluyan. Hay una predisposición favorable por parte del equipo de gobierno, el problema es que hay cuestiones que quieren poner Natalia o su equipo que ahora mismo no nos parecen ni prioritarias ni necesarias. Al revés, yo diría que en la situación económica que estamos nos parecen incluso imprudentes.

¿A qué se refiere?

Por ejemplo, a algunas de las reformas que se quieren acometer, como la de la avenida de Valencia. Ahora mismo tenemos la ciudad prácticamente levantada por muchas obras que se están emprendiendo, como las del Coso y la plaza de San Miguel. La avenida de Valencia no está todavía en esas condiciones. Yo creo que debería esperar, puede hacerlo.

Hay prioridades mucho más urgentes, como la regeneración del Casco Histórico. También estamos absoluta y radicalmente en contra de la Ciudad Inteligente del Deporte, que para nosotros en absoluto es una prioridad. Apostar por esto nos parece casi una fricción.

Pero el proyecto de la avenida de Valencia se presentó hace pocos días. ¿Van a pedir que se quite del presupuesto?

Desde luego, sí. Vamos a pedir que se quite, se ralentice o se retrase lo máximo posible. Nos enfrentamos a un escenario económico bastante preocupante: el fin de los fondos europeos a partir de agosto del año que viene, y la verdad es que con las cifras de déficit en las que nos movemos, no en Zaragoza sino en toda España, hay que ser mucho más prudentes a la hora de hacer un presupuesto.

Pero llevan años diciendo que están en contra de la Ciudad Inteligente del Deporte o del festival Zaragoza Luce y al final, se celebró…

Evidentemente, no tenemos fuerzas ni posibilidad de cortar todas las iniciativas del gobierno. Es verdad que algunas hemos frenado, pero yo creo que la alcaldesa debería ser mucho más prudente en ese aspecto.

Aunque ahora vea la situación económica más o menos favorable porque se están recibiendo muchos ingresos de las aportaciones del Estado, porque es verdad que todas las administraciones están recaudando mucho más, eso no va a durar siempre y habría que mirar un poco más al futuro inmediato.

"Nuestras exigencias se van a centrar en que se acaben las obras en marcha y que se sea mucho más prudente a la hora de acometer otras nuevas"

¿Qué exigencias ha puesto Vox sobre la mesa este año?

Nuestras exigencias realmente son muy pequeñas. Prácticamente, que se acaben las obras en marcha, que no se pueden parar. Lo que sí vamos a pedir es que se sea mucho más prudente a la hora de acometer otras nuevas.

En los últimos años hemos conseguido rebajas en la plusvalía a las segundas residencias, pero no vamos a ser mucho más exigentes, ya lo digo.

Hemos conseguido también la comisaría del Gancho, la dotación, por ejemplo, de las cámaras personales para los policías… Y lo que sí queremos es que se compren pistolas taser para los agentes.

Nombraba la avenida de Valencia, ¿hay algún otro proyecto que chirría?

A nosotros nos chirría mucho, aunque la están llevando a cabo a pesar de nuestra oposición y nuestras advertencias, la Ciudad del Cine. Somos muy escépticos. A mí me recuerda mucho a Etopia, que muchos zaragozanos no saben ni lo que es ni dónde está.

Yo mismo debo confesar que no sé para qué sirve. Sé que se hacen colonias de verano para informática y que el Ayuntamiento se ha gastado muchísimo dinero para tratar de darle una apariencia de vida al centro, pero a mí me da la impresión de que la Ciudad del Cine va a tener un futuro más o menos parecido.

Ahora mismo está en el proyecto el hacer unos grandes hangares para los decorados y nos encontramos con que, gracias a la inteligencia artificial, esos decorados se pueden recrear en un ordenador en apenas una hora y a un coste incomparablemente más barato.

Yo creo que, a partir de ahora, la industria del cine va a prescindir de este tipo de cosas, y sin embargo, nosotros las estamos montando en Zaragoza.

Pese a todo, dice que hay buen entendimiento. ¿Cenaremos en Nochebuena con presupuestos?

No lo sé, no quiero aventurar nada porque todo se puede torcer en el último momento. Que hay buena predisposición por ambas partes sí que es cierto.

A lo mejor, los presupuestos podrían salir adelante incluso con una abstención nuestra. Si conseguimos acercar posiciones en unas cosas y en otras no, a lo mejor lo más razonable o más inteligente es abstenerse; decir: no podemos oponernos a esto, pero tampoco te podemos aceptar esto y, por lo tanto, nos abstenemos. Aun así saldrían los presupuestos.

Yo creo que para la ciudad es mejor que haya presupuestos que el que no los haya. Ahora bien, es mejor que no haya presupuestos a que haya unos malos presupuestos.

¿Y por qué Natalia Chueca y Julio Calvo se entienden y Jorge Azcón y Alejandro Nolasco no?

Ahí no le puedo decir. Sí que es verdad que las cuestiones políticas que se abordan en el Gobierno de Aragón son muy diferentes de las del Ayuntamiento. En el Ayuntamiento son mucho menos políticas y mucho más de gestión, lo que hace que sea más fácil ponerse de acuerdo si hay voluntad, y por nuestra parte en principio la tenemos.

¿Si usted fuera Alejandro Nolasco se sentaría a negociar con Jorge Azcón?

En el pasado mandato, cuando Jorge Azcón fue alcalde de Zaragoza, yo me senté con él y, efectivamente, llegué a acuerdos. Sí que es verdad, también debo decirlo, que todas las negociaciones presupuestarias han sido muy largas y muy complejas. No ha habido ninguna en la que nos hayamos podido poner de acuerdo en una semana, sino que nos hemos pegado dos y tres meses discutiendo.

¿Pero cree que Nolasco debería sentarse?

Yo no soy quién para darle consejos a otro compañero que se está moviendo en otro escenario, de la misma manera que él tampoco me da consejos a mí. Porque cada uno sabemos la problemática que tenemos. Yo no sé si Jorge Azcón está muy dispuesto a negociar con Alejandro Velasco tampoco. Conmigo sí lo estaba. De hecho, si fue alcalde de Zaragoza fue gracias a nuestros votos.

"El tranbús cuesta una tercera parte o menos que el tranvía, basta con pintar unas rayas en el suelo"

Vayamos a lo concreto. Uno de los grandes problemas que tiene la ciudad en el horizonte es garantizar la movilidad a Arcosur, uno de los barrios que más va a crecer en los próximos años. Ustedes apostaron por el tranvía. ¿Será en algún momento una línea roja? ¿Lo han hablado con la alcaldesa?

Nosotros hemos planteado el tema del tranvía, pero nos han puesto objeciones jurídicas. Apostábamos por renegociar el contrato, pero el informe que se encargó nos echó un jarro de agua fría al decir que solo los contratos privados son renegociables. En lo público, implica una modificación sustancial y obligaría a hacer una nueva licitación. Ante estos problemas, nosotros propusimos la posibilidad de traer el tranbús. Es decir, autobuses articulados de conducción autónoma como los que ya se probaron en la avenida de San José.

¿Esa es la apuesta de Vox ahora mismo?

No solo nuestra, creo que va a ser la apuesta de futuro en casi todos los sitios. Ahora mismo hay un montón de ciudades, ya no en Europa, pero sí en Asia y en América incluso, en las que se está implantando este sistema de transporte.

Las prestaciones que ofrece son muy similares a las del tranvía, prácticamente idénticas, y, sin embargo, el coste de implantación es infinitamente más pequeño. Es la tercera parte o menos, porque basta con pintar unas rayas en el suelo.

¿Ha habido ya alguna conversación con el gobierno en este sentido?

Conversaciones no ha habido, pero lo que sí es cierto, y me ha llamado mucho la atención, es que en el nuevo acceso a Plaza se ha previsto una plataforma adicional para la futura implantación del tranvía. Me parece muy prudente que se haga esa previsión a futuro.

Entonces, entiendo que no enterramos todavía la opción del tranvía convencional...

Evidentemente no, y por parte del Gobierno de Aragón, cuando ha hecho esta licitación ha previsto muy inteligente o muy prudentemente la posibilidad de que se incorpore ahí en un futuro, lo cual me parece absolutamente razonable.

Hablemos de otro medio de transporte: el vehículo privado. En menos de un mes empiezan ya las multas en la Zona de Bajas Emisiones (ZBE). Vox, a nivel nacional, ha anunciado una ofensiva para derogarlas en toda España. ¿Cómo lo van a hacer aquí?

Estamos a la espera de recibir instrucciones de nuestro partido a nivel nacional. Hemos mandado todo lo que se hizo aquí en Zaragoza, donde hubo buen trabajo que venía ya de la legislatura pasada. Nosotros nos negamos en aquel momento a la Zona de Bajas Emisiones que planteaba el gobierno. Era significativamente grande y propusimos que se redujera.

No es que lo propusiéramos, es que dijimos que si no se reducía no aprobábamos los presupuestos. Y, efectivamente, se han reducido las restricciones al tráfico y se ha quedado una Zona de Bajas Emisiones prácticamente testimonial.

Casi todos los coches van a poder entrar en ella, solo no podrán hacerlo los muy antiguos o los muy contaminantes. Además, se ha ampliado hasta los 15 minutos el periodo de carencia que hay cuando un coche entrar por error y se han reducido las horas de vigencia de la zona.

¿Y eso a Abascal le vale?

Yo espero que valga porque, entre otras cosas, es una imposición legal que, desde mi punto de vista, no se puede eludir. Además, hay determinadas líneas de ayudas que están ligadas a la implantación de la Zona de Bajas Emisiones. Estamos hablando de algo más de 7 millones de euros.

En cualquier caso, siempre que he tenido ocasión lo he dicho: la Zona de Bajas Emisiones es una estupidez, así de claro. Y más en una ciudad como Zaragoza, que no ha superado en los últimos años ni un solo día los parámetros de contaminación que están fijados por la OMS y la Unión Europea.

Otro de los puntos que está centrando muchos titulares en las últimas semanas es el parque Bruil. ¿Cree que Zaragoza tiene un problema con la inmigración?

Sí, evidentemente, como lo tiene toda España. La política de puertas abiertas y la falta de regulación están originando un problema en todas las grandes ciudades españolas. En Zaragoza también.

Se está trayendo gente y se están alojando en determinados establecimientos hosteleros, pero es que transcurridos unos meses acaba el plazo de estancia, los dejan en la calle sin conocer el idioma, sin recursos, sin trabajo y sin papeles y se tiene que hacer cargo el Ayuntamiento.

Es un problema que está trasladando el Gobierno de la nación con su inacción. Y claro, los ayuntamientos no tienen recursos ilimitados para atender todo eso.

Otro de sus caballos de batalla ha sido la comisaría del Gancho. Les ha costado, pero ahí está. ¿Satisfechos?

Es un primer paso. Vamos a esperar porque lleva muy poquitos meses. A mí hay vecinos y comerciantes que sí me han dicho que ha tenido un efecto disuasorio claro, pero hay opiniones para todos los gustos. Algún presidente de alguna de las asociaciones del barrio nos pide que se amplíen los horarios. Ahora mismo son de 18.00 a 6.00, si no recuerdo mal.

"ZEC trató de provocar y crear mal ambiente con el nombramiento de la Casa de Palestina. Buscaba rentabilidad política"

Le quería preguntar también por el episodio que se vivió en el salón de plenos a principios de octubre, cuando Vox se ausentó para no ver cómo nombraban Hija Predilecta a la Casa de Palestina. ¿Se sintió cómodo con esa espantada?

Yo ni me siento cómodo ni incómodo. A mí lo que me molesta es que haya una búsqueda deliberada de la provocación, más en ese momento en el que todavía estaban en guerra abierta. Se trató de provocar y crear mal ambiente en busca de rentabilidad política.

La Casa de Palestina no reúne ninguno de los requisitos establecidos en el reglamento de protocolo del Ayuntamiento de Zaragoza, que dice las condiciones que tienen que reunir aquellas personas o entidades que se nombren hijos predilectos o adoptivos de la ciudad, y son aquellos que han contribuido activamente a la vida cultural, social, académica, artística o que han tenido una aportación relevante.

Era simplemente un gesto de apoyo por parte de ZEC. De hecho, nos ha molestado mucho que los días siguientes, ya firmados los acuerdos de paz, se siguieran convocando manifestaciones.

La alcaldesa dijo que a la elección de Hijos Predilectos había que darle una vuelta. ¿Está de acuerdo?

Evitar la politización y la provocación en el caso de las propuestas sería más que razonable y aconsejable. Si hubiera una voluntad de concordia por parte de los grupos no debería haber ningún problema. Yo, cuando se han hecho propuestas de grupos de clara significación u orientación política de izquierdas, no he puesto problemas.

Pero ha habido dos ocasiones en las que ha habido un propósito de provocación clara. Una fue cuando todavía estábamos en los últimos coletazos de la pandemia y por parte de ZEC se propuso a Fernando Simón, que hubiera provocado una gran contestación social en Zaragoza, y la otra, la de la Casa Palestina.

Habla de provocación, no sé si lo del padre Guilherme también lo fue...

Yo entiendo que no. Antes lo he dicho: todos tienen que tener cabida en la ciudad. El padre Guilherme se trajo no por ser padre sino por ser DJ.

Daba la casualidad de que además era cura. ¿Eso ya le invalida totalmente? Yo creo que la música no tiene por qué tener ninguna connotación política. Aquí también han venido cantautores de izquierdas y no ha pasado nada.

La actuación del padre Guilherme era una exigencia de Vox. Ha habido otras, como la rebaja de la plusvalía, que han llegado a ser vendidas como logros del PP. ¿Se han sentido eclipsados por la alcaldesa y su equipo?

La alcaldesa tiene cierta proclividad a tratar de apropiarse de todo aquello que tenga una rentabilidad positiva para ella. Y muchas de las propuestas que han aprobado ella o su equipo de gobierno han sido sugerencias o incluso exigencias de Vox. Algunas nos ha costado mucho sacarlas adelante, sobre todo todas estas rebajas de impuestos que ahora se venden como un logro de la alcaldesa.

¿Ha llegado a haber algún enfado?

Digamos que no nos sabe del todo bien. Nosotros desearíamos que hubiera algo más de generosidad, pero en política no debes esperar ni agradecimiento ni generosidad.

Le pregunto ahora sobre la nueva Romareda. Desde hace unos meses, Vox forma parte del consejo de la sociedad. ¿Se sienten cómodos? ¿Cree que el Real Zaragoza pondrá los 10 millones de euros que tiene que pagar antes del 31 de diciembre?

Yo no me atrevería a hacer pronósticos. ¿Si nos encontramos cómodos? Ya le digo yo que no. Es una encomienda complicada, difícil y comprometida, pero si estamos ahí es por responsabilidad. Tenemos que estar en todos aquellos sitios donde se tomen decisiones relevantes para la ciudad.

Creo que mi compañera Eva Torres es, posiblemente entre los 31 concejales que estamos en el Ayuntamiento, incluyendo a la concejala de Hacienda, la persona más preparada en materia económica ahora mismo. Por su trayectoria profesional domina bastante bien todos los temas económicos y de Hacienda, y por eso creo que es la persona idónea para estar en ese Consejo.

Si el 1 de enero el Real Zaragoza no ha puesto los 10 millones, ¿qué hay que hacer?

Uff [resopla]. Pues cumplir los acuerdos que están firmados, y al final, el Real Zaragoza igual tiene que salir de La Nueva Romareda. Como señaló la alcaldesa hace no mucho, hasta ahora el campo era íntegramente municipal.

Si eso pasa ya no sería municipal sino público, participado por el Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento, pero la verdad es que es preferible que el Zaragoza siga cumpliendo sus compromisos.

Hace pocos días, el presidente de Aragón, Jorge Azcón, decía en una entrevista para EL ESPAÑOL DE ARAGÓN que el campo no se iba a quedar a mitad, que las administraciones van a seguir ahí. ¿Apoyaría Vox en ese caso al equipo de gobierno?

Hay una cosa que debemos asumir y es que, efectivamente, las obras no se pueden quedar a la mitad. Ahora mismo sería un despropósito que dejáramos aquello como una obra inacabada, sin utilidad y sin servicio de ningún tipo.

Pero la verdad es que sería preferible que ahora mismo el Zaragoza se encontrara en otra situación económica para garantizar que efectivamente ahí se van a poder celebrar partidos de cierto nivel y cierta categoría y que no vamos a tener un campo inservible o casi inservible.

Nos preocupa mucho, yo estoy convencido de que a todos los grupos municipales y a todos los partidos con representación en las Cortes de Aragón nos preocupa la buena marcha del Real Zaragoza y que esto acabe de la mejor manera posible.

Entiendo entonces que Vox estaría ahí si hace falta...

Sí, sí, claro. Es evidente, y yo creo que si le formula esta pregunta incluso a los grupos de la oposición, a ZEC o al PSOE, dudo mucho que dieran otra respuesta distinta. No creo que ninguno apostara por dejar las obras a medio acabar.

El 12 de octubre, EL ESPAÑOL DE ARAGÓN publicó una encuesta en la que Vox crecía, pero Natalia Chueca quedaba al borde de la mayoría absoluta. ¿Temen ir a más pero ser irrelevantes?

Es evidente que si la alcaldesa consiguiera la mayoría absoluta nosotros perderíamos buena parte de la fuerza e influencia que tenemos.

Yo a ella se lo he dicho. Lo que la alcaldesa necesita es un grupo responsable, como lo somos nosotros, que le esté frenando y marcando ciertos límites.

"El gasto en luces de Navidad es un debate complicado. Los comerciantes del Centro y el Casco dicen que se nota. Si lo dicen, será cierto"

¿No sé si se refiere, por ejemplo, al gasto en luces de Navidad?

Ese es un debate interesante con posiciones muy contrapuestas. Por una parte están todos los comerciantes del Casco Histórico y el Centro, que sí piden que haya luces porque, según dicen, aunque yo no lo puedo acreditar, a mayor iluminación, más consumo y visitantes. Aseguran que eso da más alegría y más actividad económica. Si lo dicen, será cierto.

Y, por otro lado, hay mucha otra gente que antepone otros problemas de la ciudad como es el de los transeúntes o la situación en la que se encuentra el Casco Histórico, etc.

Es algo parecido a lo que ocurre con el ruido, con los hosteleros en un lado y en el otro, asociaciones como Stop Ruido. En ese caso no ha habido forma de llegar a un acuerdo.

Y ahí, ¿con quién va Vox?

Pues también hay dudas. Pero hay una cosa clara, y es que tiene que prevalecer el derecho al descanso de los vecinos. Eso por descontado, porque es un derecho que no se puede sacrificar por las perspectivas de negocio que tengan determinadas empresas.

Pero hay que tratar de compaginarlo y regularlo de la mejor manera posible de forma que se haga el menor daño a unos y otros. El problema que tiene todo esto es que si adoptas la postura de Salomón no dejas satisfecha a ninguna de las dos partes.

Como he dicho yo muchas veces, los problemas de fácil solución acaban en la mesa de los funcionarios. Los que no tienen solución o tienen solución difícil acaban en la mesa de los políticos.