El proyecto garantizará el buen estado de las torres "por muchas décadas". E. E.
El monumento más visitado de Aragón echa a 600 palomas okupas: "Ha habido que hacer una limpieza exhaustiva"
El arreglo de las dos primeras torres está prácticamente acabado y en la tercera se empezará a trabajar "en dos o tres meses".
Más información: Primer paso en el proyecto Pilar 2040: la capilla de San Joaquín recupera su esplendor y acoge dos nuevas esculturas.
La basílica del Pilar, el monumento más visitado de Aragón, ha tenido que echar a alrededor de 600 palomas ‘okupas’ para poner a punto sus emblemáticas torres, castigadas por el paso del tiempo y los corrosivos excrementos de estas aves.
Tal era el ‘roto’ que hacían que ha habido que hacer una limpieza "exhaustiva" torre por torre. Lo confirma el arquitecto Javier Javier Ibargüen.
Hasta ahora, las palomas "campaban a sus anchas", causando graves problemas.
De hecho, en la torre de Santiago -la más cercana a San Juan de los Panetes- todavía resisten media docena que "no hay forma de sacar". Ni poniéndoles agua y comida en jaulas han sido capaces de librarse de ellas.
Con las obras, estas problemáticas aves lo tendrán mucho más difícil. Solo hay un punto en el que ha sido imposible colocar mallas para impedir su acceso, la zona de campanas de la torre de Santiago, pero los responsables del proyecto confían en que "no invadan mucho", dado que "no podrán subir o bajar de ese nivel". "Hemos ganado bastante", asegura Ibargüen.
Los trabajos, al detalle
Los trabajos en las torres de Nuestra Señora del Pilar y Santiago -que llegaron a sufrir desprendimientos en días de fuerte viento y tuvieron que ser valladas por seguridad-, tocan a su fin.
Las dos se han podido liberar de los altísimos andamios que tuvieron que instalarse para ejecutar los trabajos y los responsables del proyecto miran ya a la de Santa Leonor, la más cercana al Ayuntamiento desde el paseo de Echegaray y Caballero.
De ella también cayeron cascotes, lo que hizo que el Consistorio de Natalia Chueca tomara cartas en el asunto.
Ahora mismo se está redactando el proyecto. Según los planes actuales, se empezará a actuar a principios de 2026; en aproximadamente dos o tres meses.
Esta tercera torre "también es un nido de palomas", y es "dificilísimo" acceder a la parte superior.
La idea inicial era intervenir también en la de San Francisco de Borja, la del ascensor. Sus cornisas tampoco se libran de los achaques, pero hay otras prioridades, por lo que, salvo cambio de última hora, su adecuación quedará para más adelante.
En las dos primeras torres solo restan remates, repasos en los pavimentos y labores de limpieza.
Las cornisas de la torre de Nuestra Señora del Pilar estaban en bastante mal estado, y en la de Santiago ha habido que poner una escalera interior para facilitar el acceso hasta arriba.
En la de Santa Leonor también se tendrá que poner otra, dado que las actuales son prácticamente inaccesibles. "Interiormente va a llevar más trabajo. No hay ni un forjado intermedio", apunta el arquitecto.
Los trabajos en las dos primeras torres comenzaron en torno al mes de febrero. Primero se actuó con más intensidad en la de Nuestra Señora del Pilar y luego llegó el turno de la de Santiago, donde se comenzó a trabajar entre mayo y junio. "Al final hemos estado una media de seis meses por torre", agrega.
En este tiempo se han puesto chapas de plomo en las siete cornisas principales, material que garantiza una mayor durabilidad y evitará desprendimientos a la vía pública a futuro.
Cúpula de Bayeu
Esta semana, El Pilar ha reinaugurado la capilla de San Joaquín, donde a partir de ahora habrá dos nuevas esculturas: las de San Josemaría Escrivá de Balaguer y Santa Genoveva Torres.
El siguiente gran proyecto será el arreglo de la cúpula de Bayeu, afectada, como las torres, por desprendimientos.
La restauración de la pintura mural está ya contratada, y mientras tanto se ha instalado una plataforma que hace un doble papel, ya que permitirá a los trabajadores llegar a la zona y protege a los cientos de feligreses que cada día pasan por la basílica. "El proyecto ya está terminado y de aquí a un par de meses, como mucho, esperamos iniciar las obras", comenta Ibargüen.
Todas estas actuaciones persiguen un mismo fin: que El Pilar, motor turístico y religioso de Zaragoza y Aragón, llegue en perfecto estado de revista a 2040, cuando se celebrará el bimilenario de la de la Venida de la Virgen.
La adecuación de las torres garantizará su buena salud "durante muchas décadas", pero queda trabajo por hacer. La siguiente gran prioridad será la cúpula central.