Alejandro Aznar en la administración de Lotería del Rosario.

Alejandro Aznar en la administración de Lotería del Rosario. E.E.

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Alejandro Aznar, lotero, sobre el Sorteo de Navidad: "400.000 euros es muy poco, el Gordo debería de ser de un millón"

A quince días del sorteo, las administraciones de lotería afrontan el 'sprint final' y con los números más buscados agotados.

Más información: Lotería de Navidad

Zaragoza
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A quince días del Sorteo Extraordinario de Navidad, la administración Lotería del Rosario, en pleno centro de Zaragoza, vive sus jornadas más intensas del año.

Su dueño, Alejandro Aznar, heredero de una saga familiar que lleva vinculada a la lotería desde el siglo XIX, define estos días como "el sprint final" de un trabajo que en realidad arranca en julio.

A la ventanilla llegan a la vez los particulares que buscan sus décimos para compartir con amigos y familia, las empresas que retiran las reservas hechas en verano y las asociaciones que completan sus talonarios.​

Hay quienes que simplemente van a buscar un décimo sin saber qué número elegir, mientras que otros lo tienen claro. Aunque, si algo confirma la experiencia de este lotero es que casi todo el mundo tiene un número en la cabeza cuando se acerca el sorteo.

El 13 es, un año más, el fetiche absoluto: "Se agota enseguida porque lo piden de forma masiva los clientes", explica Aznar. Pero no es el único, porque a su alrededor hay otras terminaciones estrella, como el 15, el 17, el 22 o el 25, muy vinculadas a años significativos, cambios de ciclo o fechas redondas.

Los premios repartidos por Lotería del Rosario en los últimos años.

Los premios repartidos por Lotería del Rosario en los últimos años. E.E.

Tradición de 250 años

Alejandro, recuerda que la Lotería Nacional nació en el siglo XVIII, bajo el impulso del marqués de Esquilache, como un instrumento para llenar las arcas del Estado y financiar obras públicas, hospitales y otros servicios.

Así pues, esa vocación recaudatoria se mantiene cada año "el Estado ingresa miles de millones de euros a través de la lotería, una parte esencial de la financiación pública del juego", detalla.​

Para Aznar, el sorteo de Navidad no solo sostiene una parte del gasto social, sino que forma parte del ADN colectivo. Describe el 22 de diciembre como un ritual compartido por varias generaciones, en el que familias enteras se reúnen frente al televisor o la radio para escuchar a los niños de San Ildefonso.

Muchas personas solo juegan ese día, movidas por la tradición y por el gesto de compartir ilusión con quienes quieren.

Al preguntarle por el relevo generacional, Aznar reconoce que la sociedad se ha vuelto digital y que los más jóvenes se relacionan de otra forma con el ocio y el dinero.

Pero su impresión desde la ventanilla es menos pesimista de lo que marcan algunos tópicos: ve muchas parejas jóvenes que empiezan a formar su vida y que "vienen a comprar un décimo juntos como símbolo de proyecto común". Ese simple gesto, dice, es una señal de que el sorteo no está condenado a desaparecer.

Revisión profunda

Sin embargo, insiste en que la Lotería de Navidad necesita una revisión profunda. "Estar dando hoy un premio Gordo de 400.000 euros es muy poco, debería ofrecer 1 millón de euros por décimo", denuncia.

Justifica que esto debería llevarse a cabo porque "es un sorteo que genera mucha expectativa en la sociedad española, por lo que el premio debería de ser más grande". Además, reclama "menos pedrea pero cantidades más grandes como premio".

Este reclamo también responde a las necesidades actuales donde "la vida es mucho más cara". Aunque Aznar insiste en el que sorteo ha ido introduciendo cambios con el paso del tiempo considera que esta es "necesaria".

El juego en Aragón

En Aragón, el gasto medio previsto en décimos de Navidad ronda los 85 euros por persona, situando a la comunidad entre las que más invierten en este sorteo en toda España.

Aznar calcula que, descontando a los menores, muchas personas acaban jugando alrededor de media docena de décimos, repartidos entre participaciones de empresa, familia y amigos.​

En el escaparate de Lotería del Rosario cuelgan carteles que recuerdan los grandes premios repartidos en los últimos años. De hecho, la administración fue conocida durante la década de los 90 como el "rincón de la suerte", apodo que aún muchos clientes conservan en la memoria.

Para el equipo, dar un Gordo es "la culminación del trabajo de todo un año". La alegría es inmediata, contagiosa, hasta el punto de que empleados que rehúyen las cámaras no dudan en saltar al primer plano cuando saben que han hecho feliz a decenas de personas.

Aznar asegura, que aunque no le toque a él se conforma con seguir repartiendo suerte desde el mostrador de Lotería del Rosario.