Enrique Garrigos, especialista en patología cervical Hospital Quironsalud Valencia.

Enrique Garrigos, especialista en patología cervical Hospital Quironsalud Valencia.

Salud

Quirón destaca la colposcopia como aliada clave en la detección precoz de lesiones cervicales asociadas al VPH

Esta técnica diagnóstica ambulatoria permite visualizar con precisión la zona para detectar lesiones antes de que evolucionen a patologías más graves.

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Alicante
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Las enfermedades del cuello uterino incluyen un amplio espectro de condiciones, desde cambios benignos hasta lesiones precancerosas y cáncer cervical.

Estas alteraciones están estrechamente vinculadas a la infección persistente por el virus del papiloma humano (VPH), considerado una de las infecciones de transmisión sexual más frecuentes a nivel mundial.

En este sentido, los profesionales del Hospital Quirónsalud Valencia subrayan la relevancia de la colposcopia, un procedimiento diagnóstico que permite observar en detalle el cuello uterino con el objetivo de identificar posibles lesiones precancerosas provocadas por el VPH, incluso antes de que progresen a una enfermedad maligna.

"La colposcopia es una herramienta fundamental que nos permite detectar de forma temprana los cambios en las células del cuello del útero que podrían evolucionar a cáncer", explica el Dr. Enrique Garrigós, especialista en patología cervical en Quirónsalud Valencia y el Centro Médico Quirónsalud Mercado de Colón.

"Aplicando soluciones especiales durante el examen, podemos visualizar las áreas afectadas y, si es necesario

Entre las alteraciones detectadas se encuentran lesiones benignas como los pólipos cervicales o la ectopia periorificial; lesiones precancerosas como las neoplasias intraepiteliales cervicales (CIN), clasificadas en grados I, II y III según su severidad tras el análisis histológico; y en el extremo más grave, el cáncer cervical, que puede desarrollarse si no se identifican y tratan las lesiones de alto grado.

El VPH de alto riesgo, particularmente los tipos 16 y 18, es el principal responsable de estos cambios. Otros factores que incrementan el riesgo incluyen el tabaquismo, múltiples parejas sexuales, un sistema inmunológico debilitado y la falta de controles ginecológicos periódicos.

El Dr. Garrigós aclara que "una infección por VPH no siempre se traduce en una lesión cervical. Sin embargo, si el virus persiste, aumenta la probabilidad de alteraciones celulares. De ahí la importancia de las estrategias de cribado como la citología, la tipificación del VPH y la colposcopia, que nos permiten actuar de forma preventiva".

Indicaciones para realizar una colposcopia

Este estudio se recomienda cuando los resultados citológicos presentan anormalidades (como ASC-H, LSIL o HSIL), cuando se detectan los genotipos 16 o 18 del VPH, o si hay una infección persistente por VPH de alto riesgo. También está indicada ante hallazgos clínicos sospechosos como sangrados postcoitales o lesiones visibles durante el examen ginecológico.

"La colposcopia no solo diferencia entre lesiones de bajo y alto grado, sino que evita tratamientos quirúrgicos innecesarios en muchos casos, lo cual reduce significativamente la ansiedad de las pacientes", añade el especialista. Las lesiones se clasifican con precisión (CIN I, II o III), permitiendo establecer una estrategia terapéutica adecuada: seguimiento en los casos leves y, en situaciones más avanzadas, tratamiento mediante procedimientos como la conización.

"El diagnóstico temprano transforma el pronóstico. Anticiparnos a la enfermedad es clave. La colposcopia, además de ser eficaz, empodera a las mujeres al ofrecerles información clara sobre su salud ginecológica", afirma el Dr. Garrigós.

Además, el experto insiste en la importancia de la vacunación contra el VPH, idealmente antes del inicio de la actividad sexual, pero también beneficiosa para mujeres adultas no vacunadas que acuden a la consulta.

"Vacunación, cribado regular y diagnóstico avanzado son herramientas poderosas que, combinadas, nos acercan a un futuro sin cáncer de cuello uterino", concluye.