Claudia Valls en el programa 'Valencians al món' de À Punt. À Punt
Claudia dejó su pueblo de Alicante para trabajar en Hong Kong: "Son muy trabajadores, duermen siesta sobre los teclados"
La alicantina de 24 años destaca la gran cultura del esfuerzo en el territorio, donde se cobra 3.000 euros de media.
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La alicantina Claudia Valls ha cambiado los 25.000 habitantes de su pueblo por los 7,5 millones de personas que habitan la densa y avanzada ciudad de Hong Kong.
Esta alicantina nacida en Ibi lleva ya más de un año en la megaciudad asiática y cuenta cómo es pasar de vivir en Alicante a hacerlo en este territorio autónomo lleno de contrastes al sureste de China.
La joven, de 24 años, estudió Traducción e Interpretación de Idiomas en la Universidad de Alicante (UA) y se lanzó a la aventura en 2024.
"Siempre me llamaba mucho la atención Asia, de hecho yo en la carrera estudié chino", señala a este diario.
Su fascinación por la cultura asiática le hizo dar el paso a estudiar un máster en la ciudad el pasado año que le abrió las puertas a encontrar su actual trabajo en una multinacional de cosméticos coreanos, en la sección de marketing.
Lo que más le llamó la atención al pisar la urbe fue "la inmensidad, los edificios tan altos; hay rascacielos tremendos. El tipo de planes también, porque es una vida muy caótica. El tiempo pasa muy rápido y es muy densa; donde vayas va a estar muy masificado".
La primera diferencia laboral entre España y la región es el sueldo. "Aquí es más caro, pero también se cobra más, unos 3.000 euros de media", apunta.
La ibense explica que los asiáticos tienen "más cultura del esfuerzo y son más individualistas. Cada uno come en su mesa de trabajo mientras se pone una serie y luego duermen siesta sobre el teclado con los brazos cruzados antes de volver a trabajar", sostiene.
Como en España, la vivienda es un problema en Hong Kong, donde los alquileres "rondan los 1.000 euros", comenta.
También subraya que es una ciudad de muchos contrastes, pues "puedes comer en bares locales por 4 euros en unas zonas y luego en otras comer y que la comida no baje de 30 euros".
Pese a ello y al más alto nivel de vida, Claudia dice "poder ahorrar" y apunta a que está "muy contenta" por haber encontrado trabajo en una zona sobresaturada donde "es complicado porque piden chino cantonés o mandarín, porque aunque no esté en China, la mayoría de negocios se hacen con empresas chinas".
"Soy una persona muy independiente y sé que no voy a estar aquí toda la vida. Mi familia y mis amigos me dicen que estoy loca y que qué valiente soy", resalta la alicantina.
Para hablar con ellos tiene más facilidades que si estuviera unos kilómetros al norte y entrara en territorio chino. "Hong Kong no es como China, donde no se puede utilizar ni WhatsApp, ni Google, ni Facebook... Aquí se puede usar como si estuvieras en España", concluye.
Lo que más echa de menos de Ibi es a su familia y asegura que "hay días más fáciles y más difíciles" donde le aborda la nostalgia y el recuerdo del sabor de la paella de su abuela, a pesar de reconocer comer mucho arroz.