Adriana en Suiza.

Adriana en Suiza.

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El cambio de vida de Adriana (25 años) tras mudarse a Suiza: "He ahorrado 16.000 euros en cuatro meses, en España cobraba tres veces menos"

La torrevejense decidió cambiar de aires y encontró trabajo en un hotel en la montaña, donde asegura tener unas condiciones inmejorables.

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Alicante
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Adriana tiene 25 años, es de Torrevieja y hace apenas nueve meses tomó una decisión que le cambió la vida, la de escuchar su corazón y dejar atrás la incertidumbre del "¿y ahora qué?" tras acabar la carrera de Derecho y lanzarse al mundo.

Lo que empezó como una simple idea de viaje terminó en una experiencia laboral y vital en uno de los países más ricos y mejor organizados de Europa como es Suiza.

Llegó para la temporada de verano, pero cuatro meses después ya planea quedarse también el invierno. "Me he enamorado de Suiza. De sus leyes, de su organización, de cómo funciona todo aquí", confiesa.

Y no es para menos, en este país alpino, su sueldo bruto asciende a 5.000 francos suizos, unos 5.000 euros.

De esos, estima haber ahorrado entre 15.000 y 16.000 euros en solo cuatro meses. En España, dice, esa cifra equivaldría al ahorro de todo un año de trabajo.

La clave de su estabilidad económica está en el "todo incluido" que le ofrece su puesto en un hotel de montaña. Ahí dispone de alojamiento, comida, acceso al gimnasio, piscinas, jacuzzis y transporte.

"El sueldo es limpio. Solo gasto cuando bajo al mundo real. Si gasto, es en lujos." Ese sistema le ha permitido no solo ahorrar, sino también replantearse sus prioridades. "Lo que hago ahora me da libertad. Me da dinero, me da tiempo y me da paz."

Su trabajo

Adriana encontró su trabajo "a la vieja usanza" buscando hoteles en Google Maps y enviando curricula en inglés y alemán uno a uno. Nada de agencias ni webs de empleo.

Los idiomas son, según apunta, un factor muy importante a la hora de encontrar trabajo: "Si te vienes a Suiza, ven con idiomas. Si no sabes alemán, francés o italiano, te costará encontrar algo bueno", advierte.

Además, aconseja informarse acerca de las leyes del país y buscar en empresas grandes, para evitar malas condiciones.

Su dominio del alemán le ha supuesto incluso un plus salarial. "Mi contrato lo refleja. Cobro más que mis compañeros por saber alemán."

Contras

Pero no todo es perfecto en el país del chocolate y los relojes. Si bien destaca la seguridad y la organización "perfecta" del país en general, el clima pesa, la vida social se apaga temprano y la gente, dice, "se mimetiza con las nubes".

Aun así, la balanza económica sigue inclinándose a favor. "Echo de menos España, su gente, su sol, el jamón. Pero cuando veo el sueldo, se me van las penas."

Y es que, asegura que "cuando te vas, es cuando valoras de verdad tu país". Sin embargo, todavía no se ve viviendo en España en un futuro cercano.

Lo más triste, reconoce, es la comparación. "En España, después de estudiar una carrera universitaria y trabajar en un despacho, cobraba tres veces menos que sirviendo mesas aquí."

Y es esa realidad, fría pero tangible, la que define la nueva generación de migrantes europeos, jóvenes formados que viajan al norte en busca de un futuro que su tierra no les garantiza.

Adriana no sabe si se quedará para siempre en Suiza. "Mi deseo sería volver a España algún día porque quiero a mi familia y el clima me da vida", dice, "pero de momento, si quiero financiarme mis viajes y seguir cumpliendo sueños, aquí es donde tengo que estar".