Marga, socia de ADACUA.

Marga, socia de ADACUA.

Vivir

Marga encuentra un refugio tras jubilarse en Alicante: "Moverte y estar con otras mujeres te estimula la vida"

ADACUA inicia su nuevo curso con una serie de actividades para todos los gustos para luchar contra la soledad no deseada al llegar a la jubilación.

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Alicante
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Al llegar la jubilación, muchas personas se encuentran en una etapa de la vida en la que el descanso viene acompañado de soledad y de incertidumbre.

Si bien el hecho de no tener que rendir cuentas ni tener que respetar un horario laboral puede resultar atractivo para algunos, no todo son alegrías para otros.

Es el caso de Marga. Tras jubilarse como sanitaria hace poco,empezó a sentir un vacío al no saber cómo llenar sus días. Hasta que llegó una interesante propuesta.

Su consuegra y amiga Aurea le sugirió hacerse socia de ADACUA, la Asociación de Amas de Casa de Alicante.

Así, tras dos años en la asociación, Marga, al igual que otras 400 mujeres, disfruta los múltiples talleres y actividades organizadas.

Espacio para reconectar

Además de participar en otras actividades, Marga se apunta a la clase de taichí de los martes por la mañana, una actividad que le aporta "muchísimo".

"Aunque parece suave, exige esfuerzo físico y nos deja a todas sudando, agotadas y más fuertes", afirman sus compañeras.

Para ella, el taichí ha sido una herramienta valiosa para mejorar su flexibilidad, equilibrio y coordinación, además de devolverle una rutina activa.

Amistad

La asociación es para las socias un punto de encuentro donde se mezclan talleres de pintura, crochet, baile, inglés o teatro.

Marga subraya el valor terapéutico de este entorno, especialmente para quienes han perdido vínculos cercanos: personas viudas, divorciadas o solas que encuentran aquí compañía y apoyo.

“Estar aquí te obliga a salir, te comprometes y eso ayuda muchísimo al bienestar diario”, afirma con entusiasmo.

Más allá de las actividades, el grupo se convierte en una red social. Después de los talleres, muchas veces se quedan a tomar café o a comer juntas. Así lo asienten sus compañeras, con las que Marga ha compartido varias quedadas y comidas fuera de la asociación.

"Ahora somos un grupo de amigas, estar aquí nos estimula la vida", asegura.

Bienestar integral

Para Marga, el taichí es más que ejercicio. Es concentración, coordinación y una forma de meditación en movimiento.

Bajo la guía de un profesor “fantástico”, siente que cada sesión le ayuda a estar físicamente mejor y emocionalmente más equilibrada.

En su segundo año de práctica, no duda en recomendarlo: “Parece que no haces nada y en realidad trabajas todo el cuerpo. Es una terapia física y mental”.

Nuevo capítulo

Marga llegó buscando llenar el tiempo libre que dejó el trabajo y encontró un espacio donde se siente útil, activa y acompañada.

ADACUA, con su diversidad de actividades y su ambiente acogedor, ha sido clave para que recupere la ilusión diaria. “Nos estamos acercando, nos estamos conociendo y formando un grupo precioso”, resume con una sonrisa.