El interior del restaurante y una imagen de Cenando con Pablo

El interior del restaurante y una imagen de Cenando con Pablo

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Un madrileño paga 46 € en un restaurante de la montaña en Alicante y no da crédito: "A buen entendedor, pocas palabras bastan"

El Youtuber 'Cenando con Pablo' ha estado comiendo en Venta la Montaña, un establecimiento de cocina casera y más de 100 años de historia.

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Alicante
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El arroz al horno es uno de los platos más tradicionales del interior de la provincia de Alicante. En Benimantell, en pleno corazón del Valle de Guadalest, se sirve en Venta la Montaña, un restaurante que ha cautivado a Pablo Cabezali, el youtuber detrás del canal 'Cenando con Pablo'.

El creador de contenido acaba de publicar en YouTube, hace apenas cinco días, un vídeo en el que relata su experiencia en este establecimiento centenario. Allí probó su famoso arroz al horno y no dudó en calificarlo como "un espectáculo" y "sensacional".

"Si este restaurante estuviera a dos horas, también hubiera venido", asegura Cabezali, que confiesa haber salido "reventado a comer" tras una comida que superó sus expectativas y le costó menos de lo que había calculado.

Más de un siglo de historia

Venta la Montaña abrió sus puertas en 1910 y hoy sigue siendo un referente de la cocina de interior en Alicante. Pablo lo describe como un lugar que transmite la sensación de “viajar en el tiempo”, con un ambiente clásico y retro "muy cuidado", sin mostrar desgaste.

El youtuber también destaca la amabilidad del personal, a quienes describe como "muy felices, muy simpáticos, jovencillos".

La carta

La experiencia comenzó con varios entrantes. Cabezali probó las croquetas caseras en tres versiones (jamón, cocido y bacalao), y destacó especialmente estas dos últimas.

El aspencat de verduras con bonito le pareció delicioso, mientras que los minxos de Benimantell, aunque tradicionales, le resultaron demasiado intensos.

Los embutidos del Valle de Guadalest fueron otra de sus sorpresas positivas, en especial la longaniza blanca, que calificó como "muy auténtica, muy suya y poco grasienta".

Entre los platos de cuchara, la olleta de blat, -un guiso de trigo, alubias, verduras y carne-, lo dejó impresionado por su equilibrio de sabores. "Muy elegante, muy suave", resumió.

El momento estelar llegó con el arroz al horno, un plato con morcilla, secreto, magro, ternera, patata y tomate, que antiguamente se elaboraba con el caldo del cocido. "No puedo estar más contento, de verdad, ya lo digo, está fantástico", afirma Pablo.

Dulces caseros y sorpresa

El final llegó con dos postres: una tarta casera de nísperos y un soufflé de caramelo que describe como "increíble" y "muy curioso".

La cuenta, que esperaba de 50 €, se quedó en 46,30 €, lo que consideró "espectacular". Aunque hay que reconocer que lo invitaron a los postres y al agua. De lo contrario, habría pagado un total de 62,90€.

"Se come de maravilla y encima cuesta poco", sentencia el creador de contenido, que recomienda el restaurante como "un sitio de pueblo con un arroz increíble".

Venta la Montaña

Venta la Montaña se presenta como un restaurante tradicional que rinde homenaje a la gastronomía del Valle de Guadalest.

Su plato emblema es la olleta de blat, cocinada con trigo entero, alubias, manitas de cerdo, costillas y jamón, además de verduras de la huerta como acelga, nabo o cardo.

En su carta también destacan platos típicos como los calamares a la romana, el bloc de foie con mermeladas caseras, la sobrasada con miel y sésamo, o arroces como el del Senyoret y el arroz al horno con costra, muy popular en Elche y Orihuela.

Opiniones de los clientes

El restaurante mantiene una valoración de 4,8 en Google y las reseñas refuerzan la experiencia descrita por Pablo.

Uno de los clientes comenta que es un restaurante "increíble". "La comida buenísima y de calidad, sin defectos. Luego el servicio impecable, siempre con un trato inmejorable y serviciales". "En general, un restaurante muy bueno en todos los aspectos y completamente recomendable", resume.

Otro visitante lo describe como un "sitio encantador" en el que el personal es "muy amable y atento". Aconseja reservar con antelación y asegura que "teníamos las expectativas muy altas y… ¡las ha sobrepasado!".

Un tercer comensal añade: "Excelente, volveré a repetir. Lugar con encanto y propietario que empatiza con clientes".