Algunas prendas de piel

Algunas prendas de piel

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María del Mar (61 años), dueña de la última peletería de Alicante: "El clima y las modas han acabado con el oficio"

Desde hace más de 40 años, esta artesana está especializada en hacer prendas a medida, arreglos y transformar abrigos antiguos en piezas más modernas.

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Alicante
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Alicante se prepara para despedirse de un oficio centenario. María del Mar Iborra (61 años), la propietaria de Peletería Soler, dirige la última peletería que queda abierta en la ciudad, un negocio familiar con una historia de cuatro décadas.

Su testimonio es un reflejo de los desafíos y la inminente desaparición de una profesión artesanal que, a pesar de su belleza y satisfacción, no encuentra relevo generacional. "Es un oficio muy sacrificado, pero es muy bonito si te gusta", comenta.

María del Mar explica que Peletería Soler es, en efecto, un negocio familiar, aunque no lo fundaron ellos directamente. Originalmente, la peletería era propiedad de Victorio Soler, quien trabajaba entre Alicante y Albacete.

Un negocio con historia

Una época en la que tanto María del Mar como su marido tenían una fábrica de prendas, y el antiguo propietario era uno de sus clientes. Tiempo después, la pareja se hizo cargo de la tienda de Soler en Alicante.

"Nos pusimos nosotros para llevar la tienda a nombre suyo, pero nosotros la llevábamos y le fabricábamos y el hombre ya llegó un momento que nos la cedió", relata.

Por respeto a Victorio, quien les cedió el negocio "sin coste ninguno", mantuvieron el nombre original.

Asegura que llevan 40 años involucrados en el negocio, tanto colaborando con el fundador como gestionando la tienda tras la cesión.

La evolución de un oficio

Actualmente, María del Mar trabaja sola en la tienda, ya que su marido se desvinculó para trabajar en otro lugar. Sin embargo, ambos son peleteros profesionales.

Su trabajo va más allá de la simple venta de prendas; se especializan en hacer prendas a medida, arreglos y transformar abrigos antiguos en piezas más modernas.

El sector de la peletería ha experimentado cambios drásticos.

María del Mar señala una caída significativa en la venta de prendas de pelo debido a dos factores principales: el aumento de las temperaturas en Alicante, donde los inviernos son cada vez más suaves, y la disminución de la demanda por la percepción pública sobre el uso de pieles de animales.

En este contexto, los arreglos y las transformaciones se han convertido en la parte más importante de su trabajo.

Muchas personas llevan abrigos de hace 30 años que están "obsoletos" debido a sus diseños pasados de moda, y el trabajo de la peletería es darles una nueva vida.

Exterior de la peletería Soler

Exterior de la peletería Soler

Durabilidad y sostenibilidad

Una de las grandes ventajas de las prendas de piel natural, según María del Mar, es su extraordinaria durabilidad. Un buen abrigo de piel, si se cuida adecuadamente, puede durar "muchísimo", incluso 60 o 70 años.

Ella ha visto abrigos que han pasado de abuelas a nietas y que aún se encuentran en buen estado.

Sin embargo, enfatiza la importancia de los cuidados: "hay gente que a lo mejor ha tenido un abrigo 20 años y lo traen y está para tirarlo porque lo han metido en un garaje, en un trastero, le ha entrado polilla, y le han deshecho el abrigo".

Compara la piel con otros productos naturales como la madera: "Son productos naturales, duran mucho. Eh, no es lo mismo, por ejemplo, que una chaqueta de plástico.

Una chaqueta de plástico, en un par de años se te descascara y la tienes que tirar porque vas soltando trocitos por todos los lados. La piel no le pasa eso, es un producto natural".

La crianza de animales

Respecto a la preocupación por los animales, María del Mar aclara que, en la actualidad, las pieles que utilizan son de "origen controlado" y no provienen de animales salvajes.

Menciona que el astracán proviene de corderos que también se consumen por su carne, y los visones son criados en granjas, "igual que crían pollos, cerdos, vacas".

Subraya que estos animales están "muy bien cuidados" y "muy bien alimentados" para asegurar la calidad de la piel, y que no están "apiñados" para evitar daños en sus pieles. Reconoce que no viven en libertad, pero enfatiza que "viven muy bien" en sus criaderos.

Además, argumenta sobre la sostenibilidad de la piel natural frente a los sintéticos. "Si tú dejas restos de piel en la naturaleza, se convierten en polvo. Es algo natural y no causa ningún daño", afirma.

En vías de extinción

Con pesimismo, María del Mar cree que el negocio de la piel "totalmente" acabará desapareciendo, especialmente el gremio dedicado a la confección y transformación artesanal.

Explica que el oficio de peletero es "artesanal" y requiere un conocimiento especializado que "hoy en día no se aprende". "Tampoco hay escuelas especializadas que te enseñen ni alumnos a los que enseñar", señala.

La tendencia es clara: "Cada vez hay menos peleterías porque conforme llega la jubilación es algo que se cierra y desaparece".

María del Mar afirma que "todos los peleteros de España sabemos que esto va a desaparecer".

Peletería Soler es la última de su tipo en Alicante. María del Mar confirma que, cuando ella se jubile, la tienda se cerrará definitivamente. "Eso es así porque a ver, no hay nadie que siga este oficio y yo no conozco a nadie que pueda seguirlo", sentencia.