Andrea Soler.

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Andrea Soler, rotunda sobre la Selectividad: "Sentir que te has equivocado al elegir una carrera no es un fracaso"

Esta psicóloga explica cuáles son las claves para descubrir tu vocación y elegir bien qué estudiar, aunque insiste en que no pasa nada por equivocarse.

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Alicante
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La Selectividad acaba de terminar para miles de estudiantes en la Comunitat Valenciana. Un momento que, para muchos, se vive con una mezcla de nervios, presión y cansancio acumulado.

Pero, pasada la tormenta de exámenes, llega una decisión aún más trascendental: ¿qué estudiar? Algunos tienen la respuesta clara desde hace tiempo, otros esperan a conocer su nota, y muchos más siguen sin saber qué camino elegir.

Desde EL ESPAÑOL de Alicante hemos hablado con Andrea Soler Ollero, psicóloga orientadora en Secundaria y asesora del Colegio Oficial de Psicología de la Comunitat Valenciana en el área educativa. "Equivocarse no significa fracasar," afirma.

"Una nota no te define"

Andrea Soler tiene claro que el resultado de las PAU no debería marcar a ningún joven: "Una nota no te define," afirma con rotundidad.

Frente a la visión estrecha del éxito basada en calificaciones, la psicóloga propone ampliar el foco y valorar otros elementos personales que construyen el futuro académico y profesional.

El valor de las habilidades

Cuando un estudiante no alcanza la nota que esperaba, lo más importante es recordarlo que su valor no se mide en décimas. Soler defiende la importancia de las soft skills, aquellas habilidades como la constancia, la resiliencia o la capacidad de adaptarse a nuevos contextos.

"Esta capacidad de trabajo que han demostrado durante el proceso les va a reportar muchos éxitos, ya sea a corto o largo plazo," afirma.

Además, recuerda que el sistema educativo ofrece hoy múltiples alternativas que pueden conducir a los mismos objetivos. "No hay que ser perfecto para ser valioso," añade.

Equivocarse no es un fracaso

El relato dominante de que hay que acertar a la primera genera ansiedad. Por eso, Soler insiste en que dudar y cambiar de opinión no solo es normal, sino sano. "Sentir que te has equivocado al empezar una carrera es más común de lo que parece," asegura.

Para ella, ese sentimiento puede convertirse en una herramienta de crecimiento personal. "Cambiar no es retroceder, es perfilar el camino," subraya. Y anima a desmontar la culpa que suele acompañar estas decisiones.

Criterios para elegir con sentido

Soler recomienda empezar por el autoconocimiento. Reflexionar sobre los propios intereses, habilidades y experiencias es la base para tomar decisiones vocacionales con sentido.

También propone usar herramientas como el análisis DAFO o la regla del 10-10-10, que ayuda a proyectar las consecuencias de una decisión en distintos plazos.

"El criterio para elegir qué estudiar debe estar vinculado a lo que nos interesa de verdad," no solo a lo que se espera socialmente o a la supuesta empleabilidad de un grado," advierte. Y recuerda que los departamentos de orientación están para acompañar este proceso.

Cuidado con las comparaciones

En una etapa vital dominada por la comparación y con las redes sociales funcionando como escaparates de éxito, Soler lanza una advertencia: "Compararse es natural, pero cuando esa comparación se convierte en una medida de nuestro valor personal, empieza a afectarnos negativamente."

Frente a eso, propone poner el foco en el propio camino, aceptar los ritmos individuales y dejar de idealizar el de los demás.

"El éxito no es hacer lo mismo que los demás," afirma. Cada elección debe responder a la propia historia, no a una expectativa ajena.

RRSS y presión social

Las redes, dice Soler, muestran solo una cara del proceso. "Nadie publica sus dudas," lo que alimenta la idea de que todo el mundo sabe perfectamente qué quiere hacer con su vida.

A esto se suma la presión familiar o social, que puede generar miedo a decepcionar o a no estar a la altura.

Por eso, reclama entornos que fomenten la autonomía, valoren el esfuerzo y escuchen sin juzgar. "Cada persona tiene su ritmo y su camino," recuerda.

Detectar el malestar y actuar

Finalizada la Selectividad, es normal experimentar una especie de "bajón emocional." Pero hay que saber cuándo ese bajón se convierte en algo más.

Cambios de ánimo persistentes, aislamiento, tristeza o pensamientos negativos sobre uno mismo son señales de alarma.

"Una vez se ha validado la emoción, toca ser protagonista de la propia vida y planificar pequeños pasos hacia el objetivo," concluye Soler.