La delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, la socialista Pilar Bernabé, ha sido "cazada" esta semana mintiendo en su currículum. No por un error de unos días, sino que venía mintiendo desde 2022, al menos hace tres años. Se suponía que Bernabé era licenciada en Filología Hispánica y Comunicación Audiovisual en la Universitat de València (como figuraba en el Portal de Transparencia del Gobierno y en la web de la Delegación) y ahora resulta que ni lo uno ni lo otro. Apenas inició esos estudios y no es licenciada.
El artículo 72 de la ley 40/2015 del Régimen Jurídico del Sector Público que los delegados del Gobierno en las Comunidades Autónomas son "nombrados y separados por Real Decreto del Consejo de Ministros, a propuesta del Presidente del Gobierno. Su nombramiento atenderá a criterios de competencia profesional y experiencia. En todo caso, deberá reunir los requisitos de idoneidad establecidos en la Ley 3/2015, de 30 de marzo, reguladora del ejercicio del alto cargo de la Administración General del Estado".
¿Cuál es la competencia profesional y experiencia de Bernabé? Según ese mismo portal de transparencia "desde el 2006 ha desempeñado diferentes tareas en la política valenciana: asesora de la mesa en las Cortes Valencianas, asesora municipal y jefa de gabinete de la actual vicealcaldesa de València", etc. "Compaginándolo con los estudios universitarios de Filología Hispánica y Comunicación Audiovisual en la Universitat de València" desde el año 2001, es decir, 24 años para sacarse una carrera universitaria sin conseguirlo.
No es "clasismo". No es "titulitis". Quienes no tienen estudios superiores suelen arremeter con estos calificativos contra quienes creemos que una licenciatura te aporta no solo los conocimientos propios de tu disciplina, sino también un aprendizaje general en la metodología científica y un espíritu crítico superior a los no titulados.
En una comunidad autónoma de más de cinco millones de habitantes en la que al menos un tercio de su población activa tiene estudios superiores, el hecho de que la delegada del Gobierno que ha de "dirigir y supervisar la Administración General del Estado en el territorio de las respectivas Comunidades Autónomas" no tenga estudios superiores, no parece lo más conveniente.
Pero más grave aún es mentir durante años, como ha hecho Bernabé, asegurando que contaba con dos titulaciones superiores cuando en realidad no cuenta con ellas. Y solo cambiar su currículum cuando ha sido pillada por los medios de comunicación. El PSOE asegura que todo ha sido fruto de "un error, sin mala fe" debido a la prisa en colgar el currículum hace tres años.
Qué curioso que el "error" siempre beneficie y no perjudique a quien lo comete. Qué curioso que nadie haya revisado el currículum de la delegada.
Pero sobre todo, qué curioso que una política pueda llegar a la Delegación del Gobierno sin estudios superiores, solo haciendo carrera en el partido. Sobre todo, porque para ser "subdelegado del Gobierno en una provincia" la ley obliga a que sea funcionario de carrera del Estado, de una Comunidad Autónoma o de una Entidad Local, y tener "un título de doctor, licenciado, ingeniero, arquitecto o equivalente". Y eso que el subdelegado se encuentra por debajo del escalafón del delegado. Qué curioso.