Ángel García, en su restaurante Templo en Alicante.

Ángel García, en su restaurante Templo en Alicante. M. H.

Economía

Ángel cierra su restaurante en Alicante para Nochebuena: "Es sano que el empleado disfrute 3 días y medio seguidos"

El propietario valora el impacto positivo que tiene para los trabajadores pese a que hay cada vez más clientes que demandan la apertura el 24.

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Alicante
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Ángel García, propietario del restaurante Templo en Alicante, ha tomado una decisión firme para estas fiestas: dar prioridad al descanso de su equipo sobre la facturación de la que ha pasado de ser una cita familiar en casa a una de las noches más demandadas en la hostelería.

Este año, el establecimiento, reconocido entre los mejores de España en diversas listas, cerrará sus puertas desde la noche del domingo hasta el jueves, día de Navidad. "Me parece un equilibrio sano el que todos los empleados puedan disfrutar tres días y medio seguidos", explica el hostelero sobre esta medida de conciliación.

El objetivo es que la plantilla pueda realizar las últimas compras, salir con amigos o preparar la cena de Nochebuena con tranquilidad. "No tenemos que ser esclavos del trabajo", afirma García, quien defiende que, aunque la hostelería exige sacrificios, es necesario encontrar un balance.

Si bien se descansa en Nochebuena, el 25 de diciembre se retoma la actividad. Esta es una jornada con "mucha tradición de comer en restaurante", reconoce el propietario hablando a EL ESPAÑOL desde su salón. La prueba de ese interés es que las reservas para ese día, junto con las del 31 y el 1, están completas desde hace semanas.

García ha observado un cambio de tendencia en el comportamiento del público. Este año ha recibido una cantidad inusual de correos y llamadas solicitando mesa para el 24 de diciembre. "Me ha llamado la atención que este año ha sido especialmente... ha habido muchas llamadas, correos electrónicos pidiendo reservar el día 24", señala.

Y en una ciudad como Alicante, con mucho turismo internacional, diferencia entre estos y los clientes españoles. De hecho se muestra crítico con la exigencia de ciertos nacionales que se sorprenden al no poder reservar esa noche. "Vivimos en una sociedad muy hipócrita. Nos quejamos de que la calidad del servicio cada vez es peor, pero queremos ir a que nos sirvan el día 24 porque no queremos cocinar", sentencia con dureza.

Para García, la profesionalización del sector pasa por ofrecer "premios" a los trabajadores. "Si queremos que el sector esté profesionalizado y especializado... también tenemos derecho a poder descansar con nuestra familia algunos días en Navidad", añade.

En el entorno empresarial de la ciudad, reconoce que su modelo de gestión a veces genera desconcierto. Al cerrar habitualmente todos los domingos y lunes del año, García confiesa que algunos colegas lo ven como "el loco, el atrevido o el idiota por dejar de facturar".

Sin embargo, él defiende la rentabilidad de su visión a largo plazo. Su estrategia se basa en un análisis mensual de números y cargas de personal para asegurar que el negocio sea sostenible sin quemar al equipo.

"Si quiero un equipo fuerte, si quiero un equipo implicado, necesito también que ellos se sientan parte de un proyecto que también mira por ellos", explica sobre su filosofía de empresa.

Para García, este descanso no es una pérdida, sino una inversión en bienestar. "La empresa hace un sacrificio de facturación, de días de apertura, pero al final es encontrar el equilibrio de darle a quien lo valora y lo merece", concluye el responsable de Templo.