El tenista Anas Mazdrashki en la Ferrero Tennis Academy.

El tenista Anas Mazdrashki en la Ferrero Tennis Academy. Jorge Verdú

Deporte

Anas, la joya búlgara que entrena con Alcaraz en un pueblo de Alicante: "Es increíble ver lo duro que trabaja"

La academia de Juan Carlos Ferrero en Villena forja a las futuras estrellas del deporte en un oasis para los tenistas.

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Villena
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Entre las ciudades de Murcia y Alicante, se extiende un paraíso para los amantes de la raqueta. Más de 120.000 metros cuadrados de instalaciones por y para el tenis crean en Villena un oasis que atrae a jugadores de todos los rincones del mundo y que tiene en el flamante número 1, Carlos Alcaraz, a su alumno más aventajado.

Ferrero Tennis Academy, la academia de tenis fundada por Juan Carlos Ferrero, se publicita como "una de las mejores del mundo" y de ella han salido dos números 1.

Ochenta jóvenes de 25 nacionalidades entrenan más de cinco horas al día en este microhábitat tenístico para tratar de convertirse en las futuras caras del deporte.

Anas Mazdrashki es una de las mayores promesas de la prestigiosa academia. El búlgaro de 19 años está entre los mejores 1.000 jugadores del mundo según el ranking ATP y disputará la próxima Copa Davis, el mayor torneo por naciones.

Mientras descansa tras una de sus sesiones de entrenamiento, Anas explica a EL ESPAÑOL de Alicante su experiencia tras dos años viviendo en la academia.

"Es genial, todo es perfecto, los entrenamientos, la recuperación, los compañeros, los entrenadores...", apunta.

Como él, otros 79 jugadores viven en esta ciudad en miniatura que cuenta con diez pistas de tierra batida, siete hard court, una cubierta, una pista de hierba, tres de pádel indoor y dos outdoor. También tiene dos piscinas, un circuito de running de 400 metros, un campo de fútbol 7 y gimnasio.

Terrenos de la academia Equelite, en imagen de archivo.

Terrenos de la academia Equelite, en imagen de archivo.

Su gerente, Iñaki Etxegia, asegura que hay pocas academias en el mundo como esta, con todos los servicios necesarios: colegios, residencia, fisioterapia, nutrición, psicología, y encima una academia que ha desarrollado dos números uno, que ha formado a un montón de jugadores profesionales y que tiene tan buena imagen.

"Tenemos un sistema de valoración diaria del esfuerzo y el entrenamiento que también supone, a nivel de objetivos, poder jugar en unos torneos y entrenar con gente mejor", añade.

Esto hace que los jugadores se centren exclusivamente en la pista. El mejor sin duda es Alcaraz, con quien Anas ha compartido varias sesiones de entrenamiento.

Preguntado sobre su jugador favorito, el búlgaro se sincera: "Por supuesto que me gusta Carlos, pero mi ídolo es Djokovic".

Entrenar con Alcaraz

"Entrenar con Carlos fue un placer, es muy buena persona, ves lo duro que trabaja incluso siendo el número uno del mundo", sostiene.

"La primera vez que practicamos aquí estaba muy tenso, fue imposible jugar para mí porque necesitas jugar bien para hacer una buena práctica para él, pero la segunda fue mucho mejor", recuerda.

Juan Carlos Ferrero abraza a  Carlso Alcaraz tras ganar el US Open.

Juan Carlos Ferrero abraza a Carlso Alcaraz tras ganar el US Open. EFE

Y recalca que "lo más importante es estar mentalmente calmado, si estás nervioso es imposible jugar a buen nivel".

Al entrenar con el mejor alumno de la academia, notó la brecha entre la élite y las promesas en "la fuerza, la constancia, la rapidez y los pocos errores que hace durante todo el entrenamiento".

Su sueño es seguir los pasos del murciano y "jugar los torneos que ahora veo por la tele y ganar el Australian Open".

De seis a ocho jugadores de la academia de más de 18 años con ranking ATP entre el 200 y el 800 están luchando ahora mismo por este sueño.

Efecto Alcaraz

El efecto Alcaraz ha hecho que la academia sea aún más mundial. "Ha hecho que se conozca la academia internacionalmente y no solo en el mundo del tenis. Yo no sé quién es Sampras y los pequeños ya no saben quién es Juan Carlos, ahora conocen a Alcaraz".

Aunque no ha supuesto tanto cambio a nivel económico. "Ahora mismo no podemos aceptar a todos si queremos seguir manteniendo el nivel profesional y personalizado que necesita un jugador para desarrollarse e intentar ser profesional", apunta.

El precio por este servicio de entrenamiento supera los 48.000 euros anuales (4.025 al mes), aunque también hay posibilidad de quedarse solo con el entrenamiento y las comidas por la mitad de precio, aproximadamente.