Aunque causen alarma entre la población cuando se dejan notar cerca de la costas de Alicante y Murcia (injustificada ya que nunca se ha documentado un ataque a humanos), su presencia en estas zonas del litoral del Mediterráneo es fundamental para el futuro del ecosistema marino. Ahora, estos refugios, también para las rayas, acaban de ser declarados como ISRA —Important Shark and Ray Areas, por sus siglas en inglés–.

Se trata de un paso fundamental para garantizar su supervivencia, actualmente en peligro crítico. Así se refiere María Pozo Montoro, bióloga marina e integrante del Grupo de Ecología e Investigación Marina de la Universidad de Murcia (UMU), institución que, junto otros investigadores de la UMU, Universidad de Alicante, Instituto Español de Oceanografía y Cartagena Oceanographic Research Institute están de enhorabuena.

Porque gracias al trabajo que han venido realizando tras la petición realizada por el comité de especialistas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), se han podido declarar y delimitar estas áreas, que comprende al sur de Alicante provincia y Murcia. Asimismo, en la provincia de Alicante también se ha acotado el área de la Marina Alta, así como otras del litoral español, como el estrecho de Gibraltar, las aguas de Ibiza, Formentera, el delta del Ebro y mares de Barcelona y Girona. 

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"No nos podemos olvidar también de la colaboración ciudadana que nos han brindado buceadores, snorkellers y pescadores que han compartido sus fotos para conocer qué especies tenemos o si se estaban reproduciendo", añade esta responsable de Comunicación. 

Esos últimos han ayudado a delimitar la que se conoce como zona somera, pegada a Cartagena, desde San Pedro del Pinatar a Calblanque, y de la que "sorprendentemente tenemos menos información científica sobre estas especies". A este respecto, desde la web de ISRA explican que han encontrado especies amenazadas (por ejemplo, el pez guitarra común Rhinobatos rhinobatos); especies de área de distribución restringida (raya estrellada Raja asterias); zonas de reproducción (por ejemplo, raya mariposa espinosa Gymnura altavela); y agregaciones indefinidas (por ejemplo, raya águila común Myliobatis aquila).

Un pez guitarra captado por pez guitarra Luis Perez Berrocal. Cedida

La otra área en la que han trabajado "desde hace años" y que se ha aprobado ahora es la de las aguas profundas que hay frente a Cabo de Palos (las áreas del Seco de Palos y el campo de Pochmarks, esto es, grandes cráteres), donde hay tiburones y rayas adaptadas a la gran presión propia de profundidades que van desde los 300 a 800 metros, entre las que se encuentran especies amenazadas como el tiburón linterna Etmopterus spinax. 

Su importancia 

Los tiburones y rayas son uno de los grupos de animales "más amenazados en el mundo", cuenta esta experta en escualos que ha trabajado en Australia y Estados Unidos, entre otros lugares. No se atreve a achacar su amenaza actual, y su presencia esporádica en las orillas del Levante al cambio climático, al calentamiento del mar, "porque no tenemos una serie temporal para comparar", pero sí que tiene claro que la pesca de estas especies "es el principal mal". 

¿Por qué? "Porque son especies de reproducción lenta", cuenta que "a veces se pescan muertos y se devuelven al mar" o que luego "se venden por muy poco dinero" en los supermercados. 

Un mundo sin tiburones o rayas, ¿que supondría para el ecosistema? "Todo", responde. "Tienen un papel fundamental como depredadores apicales", esto es, que están en la cúspide de la cadena atrófica, y como tal "son capaces de controlar las presas desde arriba y en función de como cambien estos, afectan a los niveles inferiores de especie".

Así que su protección, por el bien de todos, es vital y, para ponerse manos a la obra, hay que saber por dónde empezar; y eso es lo que ha hecho este grupo de investigadores, acotar la zona de protección. El primer paso está dado.