La Policía Nacional ha detenido en Alicante a cuatro personas, tres hombres y una mujer de nacionalidad española, tras desmantelar dos puntos negros de venta de cocaína y hachís desde donde se abastecía a diferentes zonas de la ciudad. La operación antidroga ha incautado más de 3.000 gramos de hachís y 100 gramos de cocaína.

La primera actuación tuvo lugar en la barriada del Cementerio para cerrar un punto de venta de cocaína del que se tenía conocimiento y donde se había intervenido y cerrado en anteriores ocasiones. El principal investigado de este plan de prevención se dedicaba al tráfico de estupefacientes en la zona de Ciudad de Asís y fue sorprendido por los agentes cuando realizaba una transacción de droga por dinero.

En los tres registros realizados en la zona los agentes recuperaron 110 gramos de hachís, 18 gramos de cocaína, dos balanzas de precisión y dinero en efectivo. En este primer dispositivo antidroga se arrestó a dos varones y una mujer de entre 21 y 65 años de edad. Dos de ellos fueron puestos a disposición del Juzgado de Instrucción de guardia de la localidad de Alicante y otro de los detenidos quedó en libertad tras prestar declaración en dependencias policiales a la espera de su comparecencia en sede Judicial.

[Detienen a un jubilado con 10 kilos de hachís en Albatera]

En la segunda desmantelación se detuvo a un hombre español de 23 años que traficaba con grandes cantidades de droga por la zona alicantina de Villafranqueza. Este individuo fue detenido en su vehículo con 20 tabletas de hachís y la Policía Nacional encontró tres kilos de hachís y 85 gramos de cocaína al registrar su vivienda, por lo que fue puesto a disposición judicial.

Las investigaciones han sido realizadas por el grupo de Estupefacientes del Distrito Norte de Alicante, sección del cuerpo especializada en la lucha contra el tráfico de drogas en la ciudad. Este mismo grupo ya hizo caer otras dos redes de distribución de cocaína y hachís en la que se detuvo a seis personas que traficaban en casas reconvertidas en búnkeres de seguridad y que tenían instaladas puertas de mayor grosor y reforzadas con rejas metálicas para evitar la entrada de los agentes en una operación relámpago. 

La Policía Nacional, como en el anterior caso, realizó un seguimiento específico de los vendedores, así como de las personas que entraban y salían de los puntos señalados para descubrir que acudían gran cantidad de compradores de estas sustancias estupefacientes.