Un grupo de trabajadores de la adjudicataria de limpieza de Alicante ha constituido un nuevo sindicato que, en poco tiempo, se ha convertido en mayoritario en la empresa. Se llama Sindicato de Saneamiento Urbano de Alicante (SSUA), cuenta ya con 160 afiliados (de una plantilla de 450) y recabó 191 apoyos en las recientes elecciones sindicales, lo que les ha dado siete delegado de los 17 que tiene el comité de empresa. 

La diferencia con el resto de sindicatos es, además, notable. La Central Sindical Independiente de Funcionarios (Csif), sacó 119 votos, mientras que UGT y CCOO lograron 40 y 38, respectivamente. 

Fuentes del SSUA indicaron a EL ESPAÑOL que una de las claves de su éxito repentino es el descontento de la mayor parte de los trabajadores con las condiciones del convenio que se ha pactado por estas tres organizaciones, que en 2020 "firmaron un convenio para cuatro años con una subida salarial de un 0,6 % anual, un total de un 2,4 % hasta 2023".

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Esto, según las mismas fuentes "ha provocado un empobrecimiento de la plantilla, a la vez que un enriquecimiento de la empresa, pues esta revisa precios cada año con el Ayuntamiento al 0,85 % del IPC". 

Desde SSUA indicaron que "a esto hay que sumar la falta de mejoras en las condiciones laborales, cada vez más precarias en lo que se refiere a medidas de seguridad e higiene; turnos; conciliación de la vida familiar; falta de material para el trabajo cotidiano; vehículos de trabajo antiguos y, en ocasiones, en muy malas condiciones, así como un largo etcétera".

Todo ello se ha traducido en un ascenso casi inmediato en las elecciones sindicales, con la promesa de que exigirán aumentos acordes a la situación actual, así como mejoras inmediatas en el servicio. 

Servicio y mejoras

El servicio de limpieza urbana de Alicante es uno de los más caros del Ayuntamiento de Alicante. La actual adjudicataria, una UTE formada por FFC y PreZero logró el contrato el pasado mes de septiembre por 323 millones de euros. Esta sociedad es en realidad heredera tanto de la empresa Inusa, que estuvo durante más de diez años encargándose de la limpieza de la ciudad desde el año 2000, como de UTE Alicante, la sociedad que FCC y Ferrovial (ahora PreZero) formó con el empresario Enrique Ortiz. 

En principio la nueva contrata prescinde del promotor alicantino, una figura controvertida por su implicación en escándalos de corrupción durante la última década, y ha presentado una serie de mejoras para tratar de remontar la opinión que los ciudadanos tienen del servicio municipal.  

Entre ellas se encuentra la promesa de reforzar la plantilla de barrenderos, "dándoles la misión principal de informar el estado de la limpieza de los espacios públicos y su disposición por parejas por seguridad"; también se introduce el baldeo dual y el servicio de lavado de papeleras y vaciado nocturno en playas y centro, y se refuerza con 14 barredoras mecánicas asistidas por un operario con sopladora para llegar a todos los rincones. Esto incluye fregar la Explanada seis veces por semana.