Ángel Cristóbal Díaz, socio fundador de La Jaima.

Ángel Cristóbal Díaz, socio fundador de La Jaima. Jorge Verdú

Alicante

La Jaima, el taller de referencia en España desde Villena con sus trajes de fiesta: "Empezamos de broma hace 35 años"

El tradicional negocio es un referente en el sector y ha vestido a miles de festeros de la localidad, de pueblos de la provincia y de fuera de ella.

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Villena
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Las calles de Villena se visten de gala hasta el 9 de septiembre para celebrar su fiesta de Moros y Cristianos, la más multitudinaria de Alicante y la que marca tendencia más allá de las fronteras alicantinas con sus trajes únicos.

Como si del paseo de Cibeles se tratase, los festeros desfilan con unos trajes que son la envidia del resto de la provincia y que marcan la última moda en el sector de la fiesta.

Como epicentro de los Moros y Cristianos, Villena cuenta con talleres artesanos que mantienen la esencia de la celebración.

Uno de los más importantes es La Jaima, que ha vestido a miles de festeros desde 1989.

Días antes del inicio de la fiesta, Ángel Cristóbal Díaz, socio fundador del taller, reconocía estar viviendo "unos días fatales".

"Está todo el mundo de vacaciones y tienes que ir apañándote como puedas, dándole vueltas a la cabeza a ver cómo solucionar los problemas que te salen, que no son pocos", señalaba a horas de vestir a sus vecinos.

Trajes variados del taller.

Trajes variados del taller. J.V.

Todo el mundo conoce este mítico taller en Villena y con seguridad la mayoría de alicantinos han visto sus creaciones desfilar alguna vez por los pueblos de la provincia.

"Empezamos de broma hace 35 años y nunca pensamos que llegaríamos a vivir de la fiesta", confiesa.

Ahora controla una máquina bien engrasada donde todos los engranajes tienen que estar a punto para crear las piezas, desde la modista hasta las costureras o las empresas de donde escogen las telas o los zapatos.

"Nosotros nos lo guisamos y nos lo comemos todo", sostiene, haciendo referencia a que se encargan de confeccionar artesanalmente casi la totalidad de los trajes, salvo los zapatos y los metalajes.

Su proceso de creación es complejo por la necesidad de sorprender año tras año y comienza la semana siguiente al término de las celebraciones.

"Vamos echando telas y vas colocándole cosas, pones un cinturón y ves si le falta una espada, un escudillo o un chapón, y vamos perfeccionándolo para dar con el traje", explica.

Los talleres ocultan sus trajes hasta el último día.

Los talleres ocultan sus trajes hasta el último día. J.V.

Cuentan con tres estilos: el guerrero, el de fiesta y el tuareg. En total preparan 72 trajes, todos con los máximos detalles.

El esmero en sus creaciones hace que sea sencillo distinguirlos de los demás. "Sé distinguir un traje de Villena en otros pueblos por los detalles", afirma.

Rivalidad

Sin embargo, sostiene que entre los talleres del pueblo existe un cierto secretismo. "La Junta Central de la fiesta nos obliga a presentar un boceto de lo que queremos hacer semanas antes. Pero de ahí hasta el día que se entregan pasa un mes".

"En ese tiempo nos da tiempo a cambiarlo un poco, no nos gusta que el de enfrente sepa qué vamos a sacar para que haya más impacto", admite.

El nivel del municipio hace que sus trajes sean reclamados por otros pueblos y no paren de circular por la provincia desde el día siguiente en que acaba la fiesta.

Pero no solo se quedan en las fronteras alicantinas. Viajan por la Comunitat Valenciana, Barcelona, Tarragona, Cáceres, Sevilla o Granada, entre fiestas de Moros y Cristianos, películas, obras de teatro y cabalgatas de Reyes Magos.