"Cabrón, te voy a matar", fueron las palabras que pronunció un joven de 23 años antes de pegarle una paliza a otro hombre de 60 en las inmediaciones de una discoteca del municipio de Denia (Alicante) porque creyó que la víctima trataba de robar el teléfono movil de su pareja sentimental. Ahora, la Audiencia de Alicante, ha condenado al joven a dos años de prisión. 

La agresión se produjo el 4 de julio de 2020 cuando el procesado se aproximó a la víctima profiriéndole gritos sobre su comportamiento. En concreto, según la sentencia dictada por un tribunal de la Sección Segunda, le gritaba: “Cabrón, te voy a matar; a mi novia no le roba nadie” y acto seguido comenzó a propinarle golpes y puñetazos en la cara y en el resto del cuerpo hasta que provocó su caída al suelo y comenzó a sangrar.

Agentes de la autoridad que patrullaban por la zona se percataron de lo sucedido y prestaron asistencia al agredido, sin que la sentencia llegue a detallar si el supuesto robo del terminal llegara a producirse o no pero sí que la víctima requirió de 150 días para recuperarse de las heridas, entre ellas la doble rotura de la mandíbula o la fractura de cuatro dientes incisivos superiores.

[La 'mala' suerte de un vendedor de la ONCE de Valencia: pillado por simular un robo con violencia]

El acusado declaró en el acto del juicio que no recordaba los hechos objeto del proceso tras alegar que se encontraba bajo los efectos del consumo de alcohol y la víctima también sostuvo que no recordaba nada puesto que se encontraba ebrio en un banco cuando comenzó a ser agredido. Solo señaló que él no había sustraído ningún teléfono.

No obstante, un agente de policía local y dos agentes de la policía nacional testificaron que, al acudir al lugar de los hechos, encontraron al acusado junto al agredido en un estado de alteración mientras decía que “le había reventado la cabeza” porque le había robado el móvil a su novia.

[La yaya 'hacker': detenida en Elche por estafar 24.000 euros por correo a una asesoría madrileña]

El tribunal concluye que la agresión se produjo y considera probada la autoría del acusado, sin que pueda estimarse que pudo actuar bajo la influencia del alcohol al no haberse aportado informes que lo certificasen. La sentencia impone al procesado la pena de dos años de privación de libertad como responsable de un delito de lesiones y una indemnización de 20.000 euros.