Simon Harris se convierte en el primer ministro más joven de Irlanda y cierra la crisis abierta por Varadkar

El ministro irlandés de Educación Superior, Simon Harris, fue elegido este domingo como nuevo líder del partido gobernante Fine Gael, al no haber más candidatos a dirigir el partido, y por tanto se convertirá en el próximo primer ministro de Irlanda tras la dimisión de Leo Varadkar.

Con solo 37 años, Harris se convertirá en el primer ministro más joven del país.

"Como solo se presentó una candidatura, declaro aquí a Simon Harris como el líder elegido del Fine Gael", proclamó este domingo en un acto del partido el presidente de su consejo ejecutivo, Wille Geraghty. 

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Como el Parlamento ('Dáil') está en receso hasta el próximo 9 de abril, Harris no tiene previsto anunciar su gabinete hasta entonces ni probablemente vaya a ser votado como nuevo 'taoiseach' hasta ese día.

En su primer discurso como líder del Fine Gael, en un acto en la localidad de Athlone, Harris prometió "traer energía y renovación a este partido en un momento en que se necesita".

Tras rendir homenaje al "importante legado" de Varadkar, Harris, que encabezará un gobierno de coalición junto al centrista Fianna Fáil y a los Verdes, cargó contra el Sinn Féin, del que señaló dijo que "no puede soportar" todo lo que ha hecho su partido por Irlanda.

Pese a ello, subrayó que el Fine Gael necesita "reconectar" con la sociedad irlandesa, de cara a las elecciones previstas para el año que viene.

Entre sus prioridades citó el apoyo a la empresa -especialmente a las pymes-, defender la ley y el orden, un sistema migratorio "justo" y la defensa de la Unión Europea.

También recordó la "indignación moral" que sienten los irlandeses ante el "desastre" en la Franja de Gaza, donde reclamó un alto el fuego inmediato.

Con su elección se cierra la crisis política en Irlanda, después de que el pasado miércoles Varadkar presentara por sorpresa su dimisión como jefe del Gobierno y líder del partido conservador Fine Gael.

Su renuncia tuvo lugar días después de que los irlandeses rechazaran de forma contundente la reforma constitucional que proponía desvincular el papel de la mujer con los deberes del hogar y modernizar el concepto de familia para extenderlo más allá del matrimonio e incluir a parejas homosexuales y relaciones duraderas.