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    Un niño mira a cámara entre las ruinas de un edificio bombardeado, antes de que entrara en vigor la tregua, en Duma, un suburbio de Damasco.

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    Rebeldes sirios descansan junto a sus armas en el norte del país.

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    Un niño espera para rellenar los contenedores de agua en la ciudad siria de Alepo (Foto: Abdalrhman Ismail / Reuters)

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    Niños en una clase dirigida por miembros de la defensa civil, en la ciudad de Daraa.

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    Después de salir de Siria, empieza la espera en campamentos, asentamientos o viviendas destartaladas. (Foto: Anna Surinyach)

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    La guerra siria tiene nombre de niños: Mohamed, Amed, Amina, Amal; víctimas inocentes de los ataques. (Foto: Anna Surinyach)

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    El anciano Yasín padece del corazón. Se lleva la mano al pecho y dice que tuvo un infarto debido a la ansiedad. (Foto: Anna Surinyach)

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    Los teléfonos inteligentes son su ventana al mundo. En ellos consultan las rutas para llegar hasta Europa. (Foto: Anna Surinyach)

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    El 18 de octubre Croacia cerró su frontera, dejando a miles de refugiados bajo la lluvia. Macedonia, Grecia o Jordania también han tomado esta medida en alguna ocasión. (Foto: Anna Surinyach / MSF)

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    Entre el 30% y el 40% de las víctimas del conflicto son mujeres y niños, según denuncia MSF. (Foto: Anna Surinyach / MSF)

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    La población civil se ha convertido en un objetivo de guerra, de acuerdo con la ONG. (Foto: Anna Surinyach)

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    Las decisiones de los Estados europeos sobre el cierre de sus fronteras afectan de inmediato a miles de personas.