La cardióloga Elizabeth Klodas de la Clínica Mayo y el centro Johns Hopkins.

La cardióloga Elizabeth Klodas de la Clínica Mayo y el centro Johns Hopkins.

Nutrición

Soy cardióloga y estos son los cuatro alimentos populares en España que no como jamás

El consumo habitual de estos alimentos puede comprometer tanto la salud del corazón como la del cerebro al contribuir a la aterosclerosis. 

31 enero, 2024 10:19

Conseguir reducir las cifras de colesterol en nuestros análisis de sangre puede convertirse en un auténtico quebradero de cabeza. Por esta razón, muchas personas prefieren recurrir cuanto antes a la medicación. Aunque en ciertos casos es imprescindible, intentar bajar el colesterol con hábitos de vida saludable tiene recompensa. Aprender a llevar una dieta saludable, hacer ejercicio físico con regularidad, descansar y manejar los niveles altos de estrés pueden proteger no sólo frente a la hipercolesterolemia, sino otros factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular.

En realidad, el colesterol es una sustancia de textura cerosa que está presente en las células del cuerpo y ayuda a producir hormonas, vitamina D y otras sustancias que ayudan a digerir los alimentos. Sin embargo, cuando los niveles se vuelven anormales puede dañarse la salud del corazón y también la de otros órganos, como el cerebro. En este sentido, los niveles de colesterol malo, conocido como LDL, que no se diagnostican o no se tratan "pueden causar problemas graves, como un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular", explican los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés).

En este sentido, la cardióloga Elizabeth Klodas, que también es fundadora de Step one food, ha elaborado una lista con los cuatro alimentos que ella evita a toda costa para que sus niveles de colesterol en sangre no se disparen. "El colesterol LDL (lipoproteína de baja densidad) construye y forma placas en las arterias, que bloquean el flujo de sangre hacia el cerebro. El colesterol HDL (lipoproteína de alta densidad) atrapa el LDL y lo lleva al hígado para procesarlo", explica Klodas. Pero, ¿qué hay que evitar en la dieta para que haya una relación saludable entre ambos tipos?

La carne roja

Sí, los filetes, las hamburguesas o las costillas son una fuente excelente de proteínas de altísima calidad biológica y aportan una gran cantidad de hierro. Sin embargo, estos nutrientes se pueden obtener a través de otros alimentos que no tienen tantos inconvenientes para la salud asociados. Las carnes rojas tienen una alta cantidad de grasas saturadas que son las responsables de la aparición de colesterol LDL en nuestro torrente sanguíneo. Por esta razón, Klodas sugiere que cambiemos nuestro consumo de carne roja por el de pescado.

Los fritos

Casi cualquier alimento parece tener un mejor sabor después de freírlo, y de eso en España sabemos mucho. La fritura de pescado, las croquetas, los empanados o las patatas fritas se cuentan entre nuestros alimentos predilectos. Cuando freímos en grasa estos alimentos aumentan su número de calorías y absorben una gran cantidad de ese nutriente. Es decir, que también contribuyen a la formación de ese colesterol LDL que se adhiere a las arterias y compromete la salud del corazón y el cerebro. Klodas recomienda hornear o, si podemos, hacernos con una freidora de aire.

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Las carnes procesadas

Desde que hace unos años la Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló la capacidad de estos alimentos de provocar cáncer colorrectal, su popularidad ha descendido en gran medida. En cualquier caso, no sólo se han relacionado con los tumores, sino que las carnes procesadas también resultan dañinas para nuestro corazón. Carnes procesadas hay de muchos tipos y, aunque todas tienen grasas saturadas, hay algunas que tienen una proporción superior debido a que, como en los embutidos, la propia grasa del animal es un ingrediente fundamental.

La bollería

Por último, Elizabeth Klodas señala a los bollos, las galletas y en general a cualquier alimento que se hornea y lleva como ingredientes principales las harinas refinadas y las mantequillas como un foco importante de colesterol. "Suelen ser densos en calorías, bajos en nutrientes y contienen altas cantidades de grasa (especialmente grasas saturadas como las mantequillas y la manteca) y azúcar. Todos ellos son culpables de la hipercolesterolemia", explica la experta.