El bailaor y coreógrafo Israel Galván es el hijo y la madre en 'Dream'. Foto: Vanessa Rabade / Teatro Español

El bailaor y coreógrafo Israel Galván es el hijo y la madre en 'Dream'. Foto: Vanessa Rabade / Teatro Español

Teatro

'Dream': el sueño y la pesadilla de la maternidad en la piel de Israel Galván

Se estrena en el Teatro Español este espectáculo interdisciplinar dirigido por Natalia Menéndez que indaga, “desde el vértigo”, en la compleja relación maternofilial.

17 mayo, 2024 02:14

Entre el sueño y la pesadilla, la danza y el teatro, el hijo y la madre... Natalia Menéndez (Madrid, 1967) invoca a Medea, Hécuba, ClitemnestraFedra o Andrómaca. Mujeres, todas ellas trágicas, que engendraron a los héroes y alumbraron el teatro, hasta llegar a nuestros días.

Bajo el título de Dream –anagrama de madre-, la que fuera directora del Español regresa, del 17 al 26 de mayo, a su casa. Esta vez solo como directora escénica, con una propuesta interdisciplinar –entre teatro, danza y flamenco– que sondea la relación maternofilial en muy buena compañía, la del bailaor Israel Galván.

“Tenía muchas ganas de trabajar con él –cuenta a El Cultural–. Le hablé de un dosier previo que había hecho de madres y de hijos en el teatro grecolatino y aceptó, pero con la petición de mirar también hacia el presente”. 

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Durante esa revisión, Menéndez estudió a todas las progenitoras que encontró en las diferentes tragedias y comedias clásicas. “A partir de ahí surgieron otras grandes figuras que habían protagonizado la pintura y el cine, porque, evidentemente, las madres están muy presentes en toda la cultura”, señala.

En Dream una abogada las defiende, al tiempo que se plantea cuestiones sobre la maternidad y su conexión con el mundo animal. ¿Cómo se comportan una leona o una araña y como lo hacen estas mujeres? 

“En la maternidad hay momentos bellos y hermosos, pero también de violencia. Ya solo el parto es algo bonito, pero doloroso”. Natalia Menéndez.

Bajo esta premisa, añade, la propuesta “trata sobre la relación insondable que se produce entre unas madres y unos hijos”. Entendiendo aquí hijo como “el que nace y es parido, el que es feto, el que puede hacer daño y amar a la madre”.

Entre sueño, pesadilla y ficción, el espectáculo “proponeuna ceremonia que”, advierte, “no pretende contar una historia, sino que trata más bien de provocar sensaciones, emociones y sentimientos”. Así, “con humor, desgarro y crudeza. Con algo de poesía también y sonidos diferentes, entre lo cotidiano y la música”, Dream “habla de madres que han hecho cosas por sus hijos, como Hécuba o Medea, que, de alguna manera, tienen rasgos y emociones similares a los comportamientos animales”.

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Medea, defiende este espectáculo, tiene derecho a una abogada y la osa panda también. “Si te fijas, en la música infantil hay muchos animales, por algo es”, apunta. En este sentido, y en la voz de Paquita Cobos Gil, esta ceremonia realiza “una reflexión sobre el comportamiento animal y sobre nuestras semejanzas con él. El mundo animal y la maternidad confluyen en una búsqueda de emociones tan primarias como las que marcan ambos ámbitos”.

Sobre las tablas, Galván, que lleva a cabo la creación escénica y la coreografía de esta pieza, estará acompañado de dos músicos (Antonio Moreno y Juan Jiménez Alba) y una cantante y guitarrista (María Marín).

“Su presencia sobre el escenario a mí me con mueve y me produce una admiración increíble. Me parece un hombre extraordinario. Alguien del que no nacen tantos”. En Dream, “él se convierte en madre y en hijo y no se sabe quién es quién. En un momento dado puede ser los dos a la vez. Ese es un poco el juego”.

Para ello, el escenario, diseñado por Pepe Barea, se transformará en un útero, un espacio materno por el que un cuerpo se mueve. “Es un lugar donde se propicia esa relación de ser creado y de creación. Pero además se juega mucho con los materiales transparentes, opacos y translúcidos y con las texturas viscosas. Es como el líquido amniótico, que, por momentos, puede ser también una chaise loungue de un terapeuta, porque cuando se habla de esta relación se llega a lugares muy profundos e íntimos, de mucha terapia y análisis”.

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Eso sí, el concepto de maternidad que tanto Galván como Menéndez trabajan juntos aquí rompe con la idealización de la madre. Lo hacen “desde la libertad más absoluta, sin juicio”, exponiendo –de lo más cotidiano a lo más imprevisible–, lo que ocurre cuando se es madre.

Hemos investigado muchas relaciones maternofiliales actuales, en guerra o no, en sucesos extraordinarios o en una vida cotidiana”, matiza la directora, que volverá a subirse a los escenarios como actriz en Canciones de amor, de desamor y de piratas en el Festival Grec y en Almagro, con la Compañía Nacional de Teatro Clásico.

Una escena de 'Dream'. Foto: Vanessa Rabade

Una escena de 'Dream'. Foto: Vanessa Rabade

Lejos de ir a lo fácil, “Israel es un creador que se coloca en el lado del vértigo, de no acariciar lo ñoño, se aparta de la seguridad y la tranquilidad. Eso no quita que haya momentos bellos y hermosos, pero también hay violencia. Ya solamente el parto es un hecho muy agresivo y doloroso, al tiempo que bonito. Todo está encuadrado entre esa violenciay el amor”.

Pero cuando el sueño se convierte en una pesadilla, matiza Menéndez, tampoco “hay miedo ni pudor”. En Dream, se llega al abismo total. “La pesadilla es, y ya está. Se vive con humor. No se habita un momento demasiado largo de nada”, concluye.

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