Íntimamente agazapado entre sus famosos países vecinos, China, Myanmar, Tailandia, Camboya y Vietnam, Laos es un país único y auténtico que enamora por completo a sus viajeros por su riqueza cultural y su naturaleza en estado puro, así como su tranquilidad y su versión más rural, a diferencia con demás países que lo rodean.

Laos, un país interior, fue denominado “tierra del millón de elefantes” y destaca por contar con impresionantes cordilleras, valles, desfiladeros y una densa selva tropical, un paraíso para los más aventureros. Pero su cultura y tradición no se quedan atrás: numerosas pagodas budistas, arquitectura de inspiración francesa como Luang Prabang, la gran amabilidad de la gente local

Luang Prabang es el corazón histórico de este país del sudeste asiático, una pequeña ciudad Patrimonio la Humanidad por la UNESCO. Situada en la confluencia de los ríos Mekong y Nam Khan destaca por sus 33 templos dorados budistas, sus viejas mansiones indochinas y sus alrededores: cascadas de un color turquesa intenso como las de Tat Kuang, rutas de montaña, campamentos de elefantes, cuevas como las de los Mil Budas y pueblos de pescadores a lo largo del río Mekong como Bang Xang Hai.

Algo que destaca en la ciudad es la presencia de cientos de monjes con ropajes rojizos recorriendo las calles pidiendo limosna. Las otras ciudades más turísticas son Vientián y Champassak. La primera se trata de una antigua ciudad colonial francesa con grandes avenidas arboladas, templos brillantes y monjes budistas que hoy día es la capital de Laos. Los mercadillos de Talat Sao y Talat Khua Din son sus grandes atractivos, además del antiguo templo de Wat Si Saket, el Lao National Museum, el Palacio Presidencial, el parque temático sobre Buda, Buddha Park, o el arco del triunfo de Vientián, Patouxai.

A orillas del río Mekong se encuentra un grupo de islas tropicales que se han convertido en un paraíso para quien busca descansar y relajarse. Para los más aventureros también es una visita importante ya que podrán recorrer los campos de arroz en bicicleta, avanzar sobre el río en un neumático, remar en kayak, pescar o avistar los inusuales delfines de Irrawaddy. Una de las formas más populares para descubrir la naturaleza que esconde Laos es hacer un recorrido por los ríos: la más popular es la que conecta Luang Prabang con Huay Xai, pasando por Pak Beng.

Este plan es accesible para todos los bolsillos, ya que hay una gran oferta que va desde barcas locales a lujosos cruceros. Otro sitio ideal para descender con un neumático por el río es Vang Vieng, una perla fluvial escondida entre acantilados kársticos junto al Nam Song, además se ofrecen paseos en globo o rutas de espeleología y escalada.

Las cuevas de Vieng Xai, en la región norte de Laos, son un lugar imprescindible para conocer parte de la historia del país. Fue en estas cuevas donde el líder comunista Pathet Lao, conocido popularmente como el Príncipe rojo, se refugió durante los bombardeos estadounidenses entre 1964 y 1973. Se trata de cuevas naturales con una gran belleza y un gran patrimonio: cuenta con un circuito de 18 puntos de interés que permite ver siete complejos de cueva-refugio además de varios edificios de postguerra, todo ello entre jardines y paisajes kársticos espectaculares. Las cuevas en Vang Vieng también son un paraíso al aire libre, donde se pueden explorar varias cuevas, hacer escalada por paredes de roca caliza o recorrer el río. Una ruta en canoa por Khammuan es otra actividad ineludible, recorriendo ríos serpenteantes, rápidos y pasando por grutas de piedra caliza, como Tham Kong Lo, una gruta tan alta como una catedral.

Laos es un destino cada vez más popular entre los mochileros por eso, para ellos recorrer caminando los senderos del Norte del país y pasar la noche en casas tradicionales será una actividad que no debe faltar. Las rutas por Phongsali con alojamientos entre la tribu akha son las más conocidas, pero hay otras como Luang Namthan o por la zona protegida de Nam Ha. Para encontrarse con pueblos remotos y una naturaleza en estado puro conviene recorrer la Meseta de Bolaven, en el sur del país. Destaca por su frescura, sus cascadas, su tierra fértil y el café.

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